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El divorcio de un jubilado de oro

Jack Welch, de 67 años, y Jane Beasley, de 50, iban a comparecer hoy ante el juez para pactar los términos de un divorcio cuyo desarrollo sorprendió a Estados Unidos al arrojar luz sobre las fastuosas prebendas y privilegios de los grandes directivos norteamericanos. La vista judicial prometía, pero lo que empezó en septiembre con el atronador cañonazo disparado por Jane contra la línea de flotación de Jack acaba de resolverse en secreto. Welch rigió durante una veintena de años General Electric, que convirtió en un modelo de triunfo empresarial estudiado en las universidades de todo el mundo. Se retiró en loor de multitud en 2001 tras haber pactado años antes unas condiciones de jubilación de fábula, de las que no se informó en su momento. Meses antes, Suzy Wetlaufer, directora de la Harvard Business Review, fue a entrevistar al mago ejecutivo para profundizar en la receta del éxito. Al futuro jubilado le hicieron los ojos chiribitas con la periodista, y como la cosa fue a más, Jane sintió que no tenía otra salida que pedir el divorcio tras 13 años de abnegado matrimonio. Al final, la pareja tenía ya unos gastos regulares de casi 130.000 dólares mensuales, según ella, y el roñoso de su marido sólo le ofrecía pasarle una pensión de 35.000 al mes, con los que era imposible vivir. Para demostrar la ruindad del multimillonario Jack, Jane, que había sido abogada especializada en fusiones empresariales, reveló en la demanda de divorcio presentada en septiembre las espectaculares concesiones de GE a su antiguo presidente, entre las que se incluía un gran piso junto al Central Park, con gastos para mayordomo, vino o prensa. Otros detalles permitían a Jack ver a los Knicks de baloncesto, a los Yankees de béisbol, el Open de Nueva York y acudir a la ópera del Metropolitan con cargo a GE. Y así. Welch reaccionó con rapidez y, sin pedir disculpas por lo que consideraba merecidos privilegios, anunció en una tribuna escrita en The Wall Street Journal que renunciaba a algunos para evitar que la imagen de la compañía se viera enfangada por la acritud de su divorcio. En la documentación presentada ante el juez, Jack reconocía una fortuna de 456 millones de dólares y obligaciones de 16,7. Jane decía contar con un patrimonio de 8,3 millones, pero tenía que conformarse con una renta mensual de 11.360 dólares. Sin que hayan trascendido los términos del pacto alcanzado, algunos documentos filtrados indican que Welch se ha comprometido a hacer "todos los esfuerzos posibles" para que su mujer reciba el piso en Manhattan. Si en un plazo de dos meses no hay tal, Jack deberá abonar a Jane 15 millones.-

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