IU convoca su 14ª asamblea andaluza sin fijar fecha y en un clima de conflictividad interna
El sector oficial asegura que la unidad es "una obligación" por el calendario electoral
El consejo andaluz de Iquierda Unida, máximo órgano entre congresos, convocó ayer su 14ª asamblea regional sin concretar fecha y con el mismo clima de conflictividad de los últimos años. Aunque el coordinador, Diego Valderas, sacó adelante con el respaldo mayoritario (77%) su informe político -que incluye que la elección del candidato a la Junta se produzca en la propia asamblea y no por un proceso primarias-, se reprodujo el debate enfrentado de oficialistas y críticos. Mientras los primeros pusieron el acento en la unidad como "obligación", los segundos reclamaron pluralidad y apertura.
Pese a que el consejo aprobó formalmente el proceso de la próxima asamblea, la fecha quedó en el aire. IU de Andalucía había previsto celebrar su asamblea un mes antes que la federal, fijada para diciembre. La crisis en la Comunidad de Madrid y la convocatoria de elecciones autonómicas a finales de octubre retrasarán el cónclave federal. No obstante, Diego Valderas, se mostró partidario de que Andalucía realice su congreso: "Mi opinión personal es que podría ser en enero, que nos viene estupendamente ".
De momento, el consejo puso en marcha las tres comisiones encargadas de las ponencias políticas, de organización y programa, a la que se sumaron los miembros del sector crítico. El 15 de septiembre, el máximo órgano entre asambleas volverá a reunirse para conocer el trabajo y decidir la fecha definitiva del cónclave.
Durante el debate, que duró casi cuatro horas, críticos y oficialistas reprodujeron las discrepancias que han separado a uno y otro sector en los últimos años y que no logró resolver la 13ª asamblea de 2000. Con la reunión del grupo disidente del pasado fin de semana en Carmona (Sevilla) como telón de fondo, las reiteradas invocaciones a la unidad y el consenso no ocultó que sigue habiendo dos bandos bien definidos y cargados de afrentas. Hubo 23 peticiones de palabra, en las que los afines a la dirección plantearon básicamente que la unidad es estos momentos una "obligación" por la hegemonía conservadora y el calendario electoral.
"No es el momento de la confrontación, es un error volver a plantear la dinámica gobierno-oposición", dijo Felipe Alcaraz, portavoz de IU en el Congreso de los Diputados y ex secretario general del PCA. "La unidad no se puede construir con reuniones como las de Carmona, se impone el sentido común", sostuvo el secretario de Política Institucional, Willy Meyer. Algunos miembros del sector oficialista, como el granadino Pedro Vaquero, llegaron a acusar a los críticos de deslealtad por llevar el debate a los medios de comunicación, y la gaditana Julia Hidalgo les reprochó que de la reunión de Carmona "salga que Diego Valderas se vaya a por tabaco y que Concha Caballero sea la coordinadora".
En el lado opuesto, el diputado por Granada Francisco Ríos, se lamentó de que hayan sido tildados de "nostálgicos de la pinza", mientras el malagueño Pedro Moreno puntualizó que unidad significa no "criminalizar" la discrepancia. El alcalde de Carmona, Sebastián Martín Recio, criticó del "doble discurso" de la dirección: "Si pedimos elecciones andaluzas separadas de las generales en el Parlamento, ¿por qué, en el plano interno supeditamos la asamblea andaluza a la federal?". Concha Caballero, coordinadora de Sevilla, quien dijo haber estado callada un año por responsabilidad ante las municipales, advirtió de que si no hay garantías democráticas en la próxima asamblea y se reproduce una "pantomima, yo no juego". "La unidad se hace con tranquilidad, hay que consultar a la gente". Caballero señaló, además, que la utilidad de IU no se mide en función de completar un gobierno sino de cambiar a la sociedad: "Ocupar el papel del PA no cambia la situación de Andalucía". Valderas, por su parte, se quejó de los "reinos de taifa", animó a los presentes a "mirarse en el espejo" y aseguró que elegir al candidato a la Junta en la asamblea -en el caso de no se fije para después de las elecciones- propicia la "síntesis y participación".
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