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Reportaje:

La huelga de los otros artistas

Los actores y técnicos franceses amenazan los festivales de verano, el Tour y el Gran Premio de F-1

Son artistas, pero nadie los conoce. Son técnicos, pero sus nombres a menudo no figuran en los títulos de crédito. Son los "temporales del espectáculo", gente que hasta ahora podía trabajar 507 horas al año y tener derecho a 12 meses de salario gracias a un régimen especial de Seguridad Social. Más de 100.000 personas se beneficiaron de ello en 2002 y eso permitió poner en pie centenares de montajes o conciertos. El problema radica en que entre empresarios y trabajadores abonaron 124 millones de euros a la Unedic (especie de mutua gestionada por ambos sectores, en la que no interviene el Estado), que pagó subsidios por valor de 952 millones.

La decisión de recortar las prestaciones sociales ha provocado una oleada de huelgas. Varios festivales veraniegos no han podido celebrarse; en otros, los músicos han tocado en salas y escenarios rodeados de policías, y hay certámenes que dudan sobre su futuro. "No estoy dispuesto a que los espectáculos en Aviñón tengan lugar a cualquier precio, incluida la protección policial", dijo ayer Bernard Faivre d'Arcier, director del que se considera principal festival de teatro del mundo y que debiera comenzar el próximo martes 8. "No acepto representaciones salpicadas de incidentes que perjudican su calidad artística ni que se degrade la relación que el festival mantiene con un público fiel".

La CGT, sindicato mayoritario entre los temporales, no ha firmado el acuerdo adoptado entre la patronal y tres centrales minoritarias. "La huelga permite descubrir el peso económico de nuestro trabajo anónimo para ciudades y regiones", ha dicho Jean Voirin, líder de la CGT del sector.

¿Cómo reaccionará el público? ¿Será solidario con los temporales o exigirá que se cumpla lo de 'El espectáculo debe continuar'? En París, en el teatro de los Champs Elysées, la Orquesta de Burdeos fue abucheada por el mero hecho de leer un comunicado de solidaridad antes del concierto. Ayer, un grupo ocupó el plató mientras se grababa un programa de televisión sobre el Tour del centenario. Voirin afirma: "El Tour puede servirnos para explicar al público el porqué de nuestra movilización, pero no queremos perjudicar la carrera". Lo cierto es que el Tour tiene mucho más público que todos los festivales de teatro reunidos. Y la pequeña pantalla es también el mejor vehículo para darse a conocer. De ahí que los trabajadores se asomasen al Tour y hablen de detenerlo el día 14, y que ayer también retrasasen la llegada de algunos camiones al circuito de Magny Tours, donde este fin de semana se corre el Gran Premio de Francia de Fórmula 1.

Protesta de trabajadores temporales del espectáculo ayer en Aviñón.
Protesta de trabajadores temporales del espectáculo ayer en Aviñón.AFP

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