Avances simbólicos en las carreteras y trenes por los Pirineos

España necesita imperiosamente nuevas carreteras y líneas de ferrocarril para atravesar los Pirineos, como medio de evitar el estrangulamiento de su desarrollo económico por escasez de comunicaciones con el resto de Europa. Pero el único proyecto que sigue su curso es el enlace ferroviario de alta velocidad Figueres-Perpiñán, cuya concesión ha sido convocada de nuevo por los dos Gobiernos, tras el fracaso de la primera. Se espera adjudicar el contrato antes del 31 de diciembre.

Otros proyectos evocados ayer en el seminario franco-español de París presentan pequeños avances, pero carecen de fechas de ejecución y de planes de financiación. La situación es la siguiente:

- País Vasco: el tramo ferroviario de alta velocidad Vitoria-Dax está considerado como "red transeuropea" desde 1994, pero hasta ayer no se tomó la decisión de definir cuál es el tramo internacional y cómo podría llevarse a cabo el proyecto. Los dos países acordarán un trazado en la cumbre hispano-francesa de noviembre.

- Navarra: prácticamente no hay posibilidades de que Francia se decida a emprender la autovía propuesta por España entre Pamplona y Orthez. Francia sólo contempla ampliar en un carril la autopista ya existente desde Behovia.

- Aragón: España ha propuesto considerar conjuntamente el paso ferroviario por Canfranc y la ampliación y mejora de las carreteras para conectar Zaragoza y Pau a través del túnel de Somport. Esto supondría admitir financiaciones cruzadas entre ferrocarril y carretera, una idea jurídicamente compleja. En este proyecto podrían participar la Comunidad de Aragón y la región francesa de Aquitania.

- Cataluña: además del enlace ferroviario Figueres-Perpiñán, se evocó ayer, sin acuerdos, la mejora del enlace por carretera entre Barcelona y Toulouse a través de Puigcerdá.

El problema de estos proyectos es quién los va a pagar.