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Reportaje:

La revuelta de los ganadores

La expulsión de los diputados rebeldes de L'Alacantí amenaza el liderazgo de Pla al frente del PSPV

Las heridas en el PSPV siguen abiertas. La derrota en las pasadas elecciones municipales y autonómicas ha vuelto a destapar las endémicas tensiones entre los socialistas alicantinos. La enésima crisis del PSPV de Alicante, coronada con la expulsión ayer del partido de los seis diputados rebeldes de L'Alacantí, constituye una seria amenaza para el liderazgo del secretario general, Joan Ignasi Pla.

El enfrentamiento no se reduce ahora a una lucha en el seno de la agrupación local de Alicante, entre seguidores y oponentes a la hegemonía del senador Ángel Franco, sino que alcanza de pleno a la comarca de L'Alacantí.

En esta comarca y con motivo de la elección de los diputados provinciales, el núcleo duro que catapultó a Pla a la cúpula del PSPV se ha rebelado contra él. El motivo es simple: Pla cedió a los intereses de Franco a la hora de confeccionar la lista para la Diputación. Y no contó con ellos que, además, son los únicos que han derrotado al PP en los últimos comicios.

Sectores críticos a Pla piden un congreso extraordinario para zanjar la crisis
El grupo socialista podría perder de un plumazo cinco diputados provinciales

La rebelión de cuatro diputados socialistas de Alicante y las alcaldesas de Mutxamel y El Campello,

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Asunción Llorens y Marita Caratalá, respectivamente, es un capítulo más de la interminable lucha por el poder. Los cuatro diputados rebeldes, que lograron imponerse a lista oficial que avalaba la ejecutiva de Pla, se han negado a entregar su acta. La dirección federal del PSOE expedientó a los cuatro díscolos y a las alcaldesas, suplentes en la lista. Finalmente ayer, José Blanco, secretario de Organización del PSOE, rubricó la expulsión de los díscolos del partido.

El proceso abre numerosos interrogantes. Dos de los expulsados, José Antonio Mourisco y Marita Carratalá, son actualmente diputados provinciales; ahora, el Grupo Socialista de la Diputación tendría que reunirse para determinar si les acepta en el grupo, pese a su expulsión, o pasan a integrar el Grupo Mixto. Y todo ello a escasos días de disolverse la Corporación provincial para formar la que ha surgido de las elecciones.

Así las cosas, se dan varias alternativas. La más drástica para el PSPV sería la pérdida de cinco diputados en la institución provincial, y pasar de 13 a 8, ya que a los cuatro rebeldes de L'Alacantí se podría sumar el representante de la Vega Baja que también desbancó la lista oficialista. Si los diputados díscolos solicitan su adscripción al Grupo Socialista pese a su expulsión del PSPV, es más que probable que recalen en el Grupo Mixto. No obstante, los rebeldes podrían evitarlo mediante la constitución de un grupo de nuevo cuño, denominado Socialistas de L'Alacantí o Socialistas Independientes.

Dirigentes del grupo rebelde consideran que aunque expulsen a las alcaldesas de Mutxamel y El Campello, éstas seguirán adscritas a los grupos socialistas, ya constituidos, ya que el resto de concejales socialistas en sus ayuntamientos las apoyan. Así, el PSPV retendría ambas alcaldías.

Los dirigentes socialistas de Alicante, con el senador Ángel Franco a la cabeza, critican la postura de estos concejales y comparan la situación con la vivida en la Comunidad de Madrid con los diputados traidores, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez. "Aquí no gobernamos, pero la situación es la misma", asevera Franco.

La revuelta socialista en L'Alacantí ha insuflado ánimo a los renovadores de la comarca y a los sectores más críticos del PSPV contrarios a la gestión de Franco. De hecho, ayer mismo comenzaron a recoger firmas de apoyo a estos diputados y a las dos alcaldesas para remitirlas a la dirección socialista en Madrid. Hay militantes relevantes que consideran que la operación estaba "orquestada y dirigida" por algunos dirigentes que se sienten "traicionados" por Pla, al que apoyaron en el anterior congreso. La última intención de este grupo sería un congreso extraordinario para desbancar a Pla.

La ejecutiva socialista en Valencia también está dividida y ha sufrido tensiones internas. Sobre la rebelión mantienen silencio dirigentes socialistas como Ricard Torres, Carmen Sánchez Brufal, José Ignacio Pastor, Antonio Mira Perceval. Otros, como Vicent Sarrià, Ángel Franco y el sector lermista, están indignados. El tiempo, y las decisiones que adopte la dirección federal del PSOE en Madrid, determinarán si se trata de una revuelta puntual y local, o si ésta va extendiéndose por otras comarcas valencianas como amenaza a la estabilidad de la dirección socialista. Mientras, los rebeldes asumen "toda responsabilidad y castigo" por no devolver las actas socialistas.

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