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Reportaje:

Las ciudades abandonan a los niños

La escasa oferta pública para atender en verano a los pequeños obliga a madres y padres a organizar sus propias actividades

"¡Vacaciones!". El grito de júbilo de miles de escolares a finales de junio resuena en la cabeza de muchos padres, pero con preocupación. La difícil conciliación de la vida familiar y laboral se complica aún más con la llegada de las largas vacaciones escolares, que obligan a los padres a buscar nuevas soluciones para colocar a los pequeños mientras trabajan. La oferta pública de cursos, talleres o campamentos en las grandes ciudades es escasa o insuficiente, se quejan las asociaciones de madres y padres (AMPA). Empresas y universidades organizan escuelas de verano, pero la alternativa supone un mayor coste para las familias. Ante la necesidad, las AMPA se lanzan a cubrir el vacío, porque la Consejería de Educación ni organiza ni subvenciona nada en verano, y los programas municipales son insuficientes.

"Queda mucho trabajo, hace falta más presupuesto y más personal"
"La consejería, por no dar, no da ni agua, y la oferta municipal es muy corta"
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Excursiones e integración

El grupo socialista de Valencia ha analizado las propuestas municipales y concluye que son escasas, no hay plazas para cubrir la gran demanda, las actividades se limitan prácticamente a julio para los más pequeños y, además, restringen la participación a una semana y por las mañanas. "No hay dónde dejar a los niños, las ofertas para cubrir una semana no arreglan el problema, los padres trabajamos todo el mes", apunta Mercedes Caballero, responsable socialista de infancia, juventud y deportes. Para niños de hasta tres años no hay nada, y en el tramo de edad de entre cuatro y siete, con un censo de 24.987 niños, hay talleres para 45 plazas semanales. Los 47.000 menores de 8 a 14 años sólo optan a 220 plazas por semana. "El problema principal está en la franja de edad hasta los 12 años", apunta Caballero, "y la única oferta mensual es privada y de las universidades", con lo que "o te gastas más dinero o tiras de los abuelos". De los 93 colegios públicos de la ciudad, sólo cuatro acogen colonias escolares del Ayuntamiento. "Los colegios deberían estar abiertos todo el año, al menos uno por distrito, con talleres mensuales en verano", añade la concejal.

La responsable de Juventud del gobierno del PP, Beatriz Simón, replica que las plazas de la Campaña d'Estiu se ha incrementado en un 39%, y que se han cubierto para este verano más de 4.600. Sin embargo, esta cifra incluye campos de trabajo, cursos de idioma e intercambios para personas de hasta 30 años. El concejal de Educación, Emilio del Toro, afirma que las escuelas de verano se ampliarán "a toda la ciudad" y destaca la de las pedanías del norte, Benifaraig y Massarrojos, para niños de 6 a 12 años, que con 120 plazas abre del 1 al 18 de julio. Además, "es gratuita". El precio para las actividades infantiles oscila en el resto de programas entre 6 y 20 euros por semana.

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"Es totalmente insuficiente, los padres se desesperan", se lamenta Encarna Salvador, vicesecretaria de la Federación de Asociación de Padres de Alumnos (FAPA) de Valencia. "Habría que fomentar las actividades en todos los colegios, dar facilidades", explica. En el diagnóstico coincide Vicente Micó, responsable de Educación en la Federación de Asociaciones de Vecinos: "La consejería por no dar, no da ni agua a los niños, y la oferta del Ayuntamiento es muy corta". Con este panorama, son varias las AMPA que piden al Ayuntamiento mantener abiertos los centros para crear sus escuelas de verano. "Nosotros empezamos el año pasado en el San Pedro, durante 15 días, y ahora hemos ampliado a todo el mes, para 52 niños", y con un coste de 50 euros el periodo completo, cuenta Salvador. Según la concejalía de Educación, este verano son 17 las APA con iniciativas similares, además de las de los colegios concertados.

En Alicante, la oferta es "inexistente", sentencia la presidenta de la Federación Provincial de Madres y Padres Enric Valor, Pepa Sánchez. Sólo 500 plazas públicas para casi 300.000 habitantes, informa Rebeca Llorente, y prácticamente una única opción: la guardería de verano del Patronato de Deportes, de gestión municipal. La escuela cuesta 125 euros mensuales o 65 por quincena. "Para los padres es toda una papeleta no disponer de ningún centro que atienda en condiciones a los chavales", apunta Sánchez. Por eso también ellos preparan sus propios programas, en los que la colaboración municipal se limita a ceder centros, la limpieza y el personal auxiliar, como en el caso de los colegios Gabriel Miró y Juan Bautista Llorca. La Fundación Bancaixa, sensibilizada con el problema, financia un programa de animación para 170 niños en el colegio San Fernando. Para la Concejalía de Educación, "no existe una demanda generalizada". Fuentes de la empresa adjudicataria de la guardería de verano, apuntan que a fecha 27 de junio, quedaban plazas.

Los niños de 7 a 14 años de Elche disponen de 1.200 plazas de cursos de ocio y tiempo libre en julio, informa David Cerdán. La coordinadora de la Concejalía de Bienestar Social, Vicenta Pérez, del PSPV, afirma que se dirigen "especialmente" a menores de familias con problemas económicos o de integración, que comparten diversión y aprendizaje con otros de entornos sin dificultades. El programa se realiza en todos los distritos. La directora de los cursos de verano, Cecilia Martí, apunta que el objetivo es ampliar las plazas a edades más tempranas. "Queda mucho trabajo: sería necesario una mayor dotación presupuestaria y más personal para atender a la mayoría de los niños". Las carencias las suplen, de nuevo, las AMPA, como la del colegio público Menéndez y Pelayo, cuyo presidente José Joaquín Salinas, coordina la matriculación de 70 menores para todo julio por 90 euros. "El Ayuntamiento organiza actividades en otros colegios, pero la mayoría de las plazas ya están concertadas para niños con problemas, para inmigrantes y gente con menos capacidad económica", indica Salinas.

Mientras, en Castellón, el Ayuntamiento únicamente organiza el Temps de Espai para niños de primaria, informa María Fabra. Las actividades se desarrollan en varios colegios por las mañanas, sin servicio de comedor. Pese a que Temps de Espai comienza el martes, tres días antes el Ayuntamiento, del PP, todavía no había adjudicado este servicio, que en 2002 ocupó a 3.000 escolares. En Benicàssim, ciudad dormitorio de Castellón o residencia de los castellonenses en verano, la Escola d'Estiu ofrece un completo programa para una amplia horquilla de edad por 36 euros. Y para los no tan pequeños, se abre la biblioteca del mar y hay juegos en las playas.

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