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Rigol notifica al presidente de la Generalitat su intención de no volver a presentarse en las listas de CiU

Francesc Valls

Aunque gane Convergència i Unió (CiU), Joan Rigol no volverá a presidir el Parlament. El dirigente histórico de Unió Democràtica (UDC) se lo notificó ayer a Jordi Pujol, indicaron fuentes de presidencia de la Generalitat. La salida de Rigol es a petición propia y fruto de una reflexión en las últimas semanas.

De esta manera Rigol se retirará de la primera línea de la política catalana, ya que en la actualidad no ocupa ningún cargo relevante en la dirección de la federación nacionalista. De hecho, Rigol ya se ha mantenido durante unos años apartado de la política activa, aunque relacionado con iniciativas de tipo social.

Desde la cúpula de Unió Democràtica se han lanzado en los últimos días señales inequívocas en favor de un relevo. El nombre que más suena para sustituir a Rigol es el de la actual consejera de Justicia e Interior, Núria de Gispert, que pasaría a ocupar el quinto puesto en la lista de la federación, el que está reservado al presidente del Parlament.

De Gispert adquirió un especial protagonismo durante las negociaciones para crear la federación nacionalista, tras la crisis acontecida al ser designado delfín Artur Mas, en la primavera de 2001. Desde la dirección de Unió se la consideró entonces demasiado tibia hacia los postulados convergentes. De hecho, el borrador que De Gispert pactó con el negociador de CDC, Xavier Trias, fue desautorizado por la cúpula del partido. Luego volvió a ser renegociado y finalnente aceptado.

De Gispert pasará, pues, con probabilidad, a sustituir ahora a Joan Rigol, al menos en lo que a intenciones se refiere y a la espera del inapelable veredicto de las urnas.

Rigol forma parte de una generación de democristianos formados en la tradición antifranquista, cuyas expectativas han desbaratado tanto la longevidad política de Pujol como la llegada en tromba de la nueva dirigencia nacionalista que se halla en los 40 años, una generación sensiblemente más joven que el presidente del Parlament, que ya tiene 60 años. A lo largo de su vida política, Rigol ha sido en dos ocasiones consejero de la Generalitat. En 1984 se hizo cargo de la cartera de Trabajo y en 1988 ocupó la de Cultura. En este cargo lanzó un ambicioso plan, el pacto cultural, el intento más serio de sustraer la cultura de los vaivenes de la política. El acuerdo contaba con el respaldo de los partidos políticos mayoritarios. Pero en aquella ocasión fue destituido por un Jordi Pujol poco dado por entonces a consensos culturales. Luego, en 1996, fue también Pujol quien vetó la candidatura de Rigol a la presidencia del Senado. Como contrapunto al pluralismo esgrimido por Rigol, la unión de los votos de todos los partidos -excepto CiU- le cerró el paso en 1995 a la presidencia de la Cámara catalana, cargo que finalmente consiguió tras las elecciones desde 1999.

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Joan Rigol ha mantenido unas excelentes relaciones con el presidente de la Generalitat. Pujol siempre ha tenido en Rigol a uno de sus confidentes, aseguran quienes conocen a ambos políticos. Ello no impide que el dirigente democristiano mantenga unas relaciones fluidas con Pasqual Maragall.

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