Clientelismo urbanístico

Cuando los diputados electos de la Asamblea de Madrid Eduardo Tamayo y Teresa Sáez se aprestan, esta semana, para tomar posesión de sus respectivas actas como parlamentarios autonómicos en medio del gran escándalo surgido por las tramas urbanísticas que se urden junto al poder político, cobra más vigencia la denuncia que realizara el presidente de la Junta, Manuel Chaves, en el inicio de la pasada campaña electoral de las municipales. Durante su participación en uno de los primeros mítines celebrados en Sevilla en apoyo del entonces candidato socialista, Alfredo Sánchez Monteseirín, se descolgó Chaves alertando del riesgo que había de que la ciudad cayera en manos de los grandes poderes fácticos relacionados con grupos inmobiliarios que habían centrado su interés en la capital andaluza. A partir de ahí quedó marcada la senda por donde transcurrió la estrategia a seguir durante dicha campaña por parte del PSOE, que insistió, desde entonces, en advertir sobre la existencia de estas mafias arrojando, de paso, dudas, sobre los andalucistas en especial. El discurso tuvo su éxito, incrementaron sus votos, se aseguraron la alcaldía y el electorado castigó al PA.

Ese mensaje, por tanto, tiene aún en estos días su plena vigencia, pero no ya reduciéndolo a la ciudad de Sevilla, sino haciéndolo extensible a toda Andalucía, máxime si se tienen en cuenta, además, las conclusiones de unas jornadas celebradas en Málaga en donde expertos universitarios subrayan el riesgo cercano de que las mafias se instalen, en este caso, en la Costa del Sol, al abrigo del clientelismo urbanístico.

Lo sucedido, por tanto, es lo suficientemente relevante como para que el presidente andaluz incluya algún tipo de propuesta en su discurso sobre el estado de la comunidad que se desarrollará en el Parlamento Andaluz. Es decir, no basta ya con que Chaves haga mención al desarrollo económico que ha tenido Andalucía en los últimos años sino que, igualmente, en su intervención debe apuntar algún tipo de reflexión o medida en torno a un asunto como es el de la extraña convivencia entre los intereses urbanísticos y la política, fenómeno que ha generado una gran alarma social. Todo ello, teniendo en cuenta también que se trata del último debate de esta legislatura y a las puertas ya de las próximas elecciones autonómicas. Una ocasión que resultará sumamente oportuna para efectuar un análisis sobre cómo se encuentra nuestra comunidad en pleno siglo XXI y qué perspectivas de futuro nos aguardan. No se descarta que, como ocurriera en otras ocasiones, haya, del mismo modo, referencias a las reivindicaciones que siguen sin atenderse por parte del Gobierno central.

De momento, el único escenario marcado por el consenso lo encontramos en la concertación social, uno de los puntales básicos, precisamente, de esta legislatura que ya concluye en Andalucía. Junta, patronal y sindicatos se han mostrado siempre plenamente satisfechos de los resultados logrados con esta convergencia, que se traduce en paz social y, sobre todo, en importantes recursos económicos que sustentan buena parte de las actividades tanto de los empresarios como de los mismos sindicatos. Este martes se reúne la comisión de seguimiento para evaluar el grado de cumplimiento de este instrumento, que se ha convertido ya en imprescindible en la política andaluza, aunque hay escépticos que, sin embargo, le restan importancia.

Pero, para escepticismo, el de los críticos de IU, que tienen una cita este sábado en la localidad de Carmona. La convocatoria la ha realizado Luis Carlos Rejón, el que fuera urdidor de la pinza, artilugio que parece seguir añorando a tenor de sus manifestaciones. Están llamados a participar en ese cónclave todos aquellos que estén en desacuerdo con la línea que está siguiendo la actual dirección, de entendimiento con el PSOE de Andalucía, actitud que, según el diputado cordobés, sólo traerá nefastas consecuencias a dicha federación de izquierdas. Que esto lo diga quien llevó a IU a sus niveles más bajos en nuestra comunidad resulta, cuando menos, llamativo. Ahora, lo que hace falta es comprobar el grado de apoyo con que cuentan en el seno de dicha organización los críticos y si a la misma reunión asistirá, por ejemplo, la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar. Pero no deja de ser este envite una prueba para comprobar el respaldo y la fortaleza que tienen los actuales responsables de IU en Andalucía por parte de Madrid ante lo que no deja de ser el enésimo pulso al que asistimos en esta formación política.