Reválida en Florencia
España aspira a demostrar de nuevo su progresión y a consolidarse entre la élite
Luismi Berlanas y Chema Martínez ruedan, frescos, por las alturas de Navacerrada; Marta Domínguez deja que su fisioterapeuta le mime en Palencia su vasto interno y los cuádriceps; Alberto García cumple en Vallecas su suspensión cautelar a la espera de que dentro de algunos meses se decida la sanción por su positivo en un control antidopaje; Reyes Estévez y Roberto Parra invernan en Soria... Algunos de los protagonistas del gran salto de calidad del atletismo español no han viajado a Florencia, pero ello apenas resta valor ni a la selección ni a la cita.
España participa, por primera vez desde hace siete años, con el equipo masculino y el femenino en la Superliga, la máxima categoría de la Copa de Europa. La competición, ubicada al comienzo de la temporada estival, dos meses antes del gran desafío del año, los Campeonatos del Mundo de París, se presenta como la primera reválida del atletismo español -engrandecido en los Europeos de Múnich y los Mundiales bajo techo de Birmingham- después de la depresión del EPO de García, uno de los abanderados del engrandecimiento, un hecho que a los países del entorno les ha valido para relativizar en cierta forma sus claves.
Inmune a las dudas y ajeno a la contingencia, sin embargo, el presidente de la Federación Española, José María Odriozola, se ha enfundado su habitual chándal competitivo, esto es, se ha vestido de pitoniso, y ha aventurado su pronóstico. No son días para filosofar, sino para la cuestión práctica: "España quedará entre la tercera plaza y la quinta".
En hombres, además de España, participan, según el orden en los pronósticos: Francia, Reino Unido, Alemania, Italia, Rusia, Polonia y Grecia. En mujeres: Rusia, Alemania, Francia, Rumania, Reino Unido, Italia y Grecia. La mejor clasificación de la historia fue un cuarto puesto masculino y un séptimo femenino, ambos en Madrid 96. En esta Superliga, peculiar competición anual que junta a los ocho mejores países en cada categoría, no se habla de medallas, sino de puntos -ocho al primero de cada prueba, uno al octavo-, un valor relativo que no depende tanto del nivel de uno como del rival que le flanquee. Mientras que en los Europeos o los Mundiales, cada país puede alinear a tres atletas por prueba, en la Superliga el principio es claro: uno por prueba. Y de poco le valdrá a España su abundancia en algunas -el fondo o el medio fondo- si en otras -la jabalina, el martillo, la velocidad o los saltos verticales- hay penuria.
Así que se espera lo mejor de la calidad y la garra de Lamela (longitud), Mayte Martínez (800 metros), Martínez (peso), Penti (3.000 obstáculos), Reina (800), Canal (400), Glorie Alozie (100 vallas) o Higuero (1.500), que pueden ganar a gente como el griego Tsatoumas, la rumana Cioncan, el británico Myerscough, el francés Lacasse, el francés Raquil, la rusa Laujova o el británico East.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.