Peiró se planta

Joaquín Peiró, el entrenador que ha conducido al Málaga a los mayores éxitos de su historia, no tendrá último partido al frente del equipo. Convencido de que la directiva que preside Serafín Roldán le ha brindado un trato impropio a sus merecimientos, el veterano técnico (67 años) ha alegado que no se encuentra con ánimos para volver a sentarse en el banquillo y ha pedido permiso para no desplazarse a Mallorca, donde el Málaga juega mañana su último partido.

Peiró se reservó esta sorpresa para última hora. Ayer por la mañana dirigió el entrenamiento en La Rosaleda, el último, porque el equipo viaja a las 10.00 horas de hoy a Mallorca, en lo que parecía el guión habitual de cada semana. Pero el entrenador quiso hacer de la última sesión su portazo. No compareció ante la prensa, como era habitual en el último entrenamiento de cada semana, y fue el propio club quien informó de la solicitud del técnico, a la que lógicamente accedió. El segundo entrenador, Juan Carlos Añón, estará en el banquillo de Sont Moix.

Las últimas jornadas de Peiró en el Málaga nada tienen que ver con los días gloriosos que el club ha vivido durante su mandato en el banquillo, al que llegó en la temporada 1998-99, con el equipo en Segunda, recién ascendido de Segunda B. En esa misma temporada lo ascendió a Primera, y comenzó una carrera fulgurante, cada año mejor clasificado pese a que cada año -salvo el último- siempre vendía a sus mejores jugadores, hasta que en la temporada pasada consiguió plaza para la Intertoto, competición que ganó y permitió al Málaga jugar la UEFA por primera vez en su historia.

Peiró es un héroe para la afición. O mejor, un señor y un caballero, que así es como rezan las decenas de pancartas que estos días se ven por la ciudad, pero no ha tenido oportunidad de despedirse de él como se merece. Hace meses que Peiró barruntaba que no contaban ya con él, pero eso no era lo peor, sino que nadie le dijera nada. Se sabe que el club ha mantenido reuniones con otros entrenadores para negociar sus fichajes, y de las mantenidas con el técnico del Boavista, Jorge Pacheco, hay imágenes de televisión. El pasado domingo Peiró aseguró que había sido tratado con crueldad mental.

El secretario técnico del Málaga, Manolo Hierro, consideró ayer, sin embargo, que así son las cosas del fútbol, y que "lo que no se puede hacer de ninguna de las maneras es decir a un entrenador o a un jugador tres meses antes de que acabe la competición que no vas a contar con él". Hierro niega que el club haya descuidado las formas en sus relaciones con el entrenador.

Hierro admitió que la decisión de prescindir de Peiró es "impopular", pero apostilló: "No estamos para tomar medidas populares, sino responsables". "Todos los malagueños estaremos eternamente agradecidos a Peiró, pero todos los ciclos se acaban", dijo el secretario técnico, quien explicó: "Peiró llevaba cinco años y los periodos largos siempre crean conformismo en parte de la plantilla que ve que hay falta de competencia, y creemos que era el momento de reactivar el equipo, de buscar una nueva motivación".