Cuestión de organización

El Servei Comarcal d'Arxius de La Safor nació como una "fórmula imaginativa" para resolver el caos existente en los archivos de los municipios más pequeños, y ha acabado configurándose como un proyecto pionero en la Comunidad Valenciana y referente de otras autonomías. A principios del año 1984, el Archivo Municipal de Gandia redactó un informe en el que se denunciaba el estado de abandono que presentaban los servicios de documentación de las localidades de la comarca. En algunas de las poblaciones más pequeñas la desatención hacia este material era tal que se la relegaba a habitáculos subterráneos, donde convivían con cualquier tipo de objeto almacenado. Era necesario coordinar actuaciones para resolver el problema. Fue así como se inició la "historia de una aventura" que casi veinte años después se ha convertido en un modelo que ya ha sido requerido por instituciones públicas como las mancomunidades de la Marina Alta, La Costera, Vall d'Albaida, el Consejo General de Aragón o la diputación de Álava.

En 1994, la Mancomunitat de Municipis de La Safor y la Consejería de Cultura firmaron un acuerdo para dotar el servicio comarcal de dos becas de archiveros itinerantes y abrir la posibilidad a las localidades interesadas de adherirse a él. El proceso es el siguiente: los municipios, según su producción documental, contratan al servicio "módulos", que determinan el tiempo de trabajo de los archiveros itinerantes y un calendario de visitas. Los documentos se organizan, inventarían y actualizan periódicamente. Un programa informático integral para archivos municipales (ARCA) permite a los consistorios consultar la información. La sede del servicio comarcal de archivos, ubicada en Gandia, centraliza las fichas de todos los municipios y dispone de una copia microfilmada de los documentos originales, que de esta forma no salen de su lugar de origen.

"El servicio ha conseguido articular una memoria y sentimiento de patrimonio", señala Àlvar Garcia, archivero municipal de Gandia y uno de los artífices del servicio. El trabajo desarrollado en las últimas dos décadas ha ayudado a un "cambio de mentalidad" entre los alcaldes y los funcionarios municipales sobre la valía de estos documentos, y la necesidad de organizar y cuidar el material. Otro de los responsables del proyecto es el historiador y también archivero Jesús Alonso, quien explica que los archivos eran considerados tradicionalmente como "lugares inaccesibles", un símbolo de autoridad, y era frecuente la reticencia de alcaldes o secretarios municipales a aportar esta información. Para Alonso la implantación del nuevo servicio ha ayudado a mejorar "la transparencia de la Administración", y a "profundizar en la democracia" ya que facilita el acceso a la información municipal y rompe con los antiguos tabúes.

Estos días ha sido publicada la guía El Servei comarcal d'arxius de La Safor, editada con la colaboración de la Generalitat Valenciana, la Mancomunitat de Municipis de La Safor y el Ayuntamiento de Gandia. El libro recoge una breve historia sobre el origen del servicio, y una relación de la identificación, localización y fondo documental de los archivos de los 27 municipios de la comarca adscritos al mismo, elaborada por los archiveros Gonçal Benavent y Mercé Fornés. Además de la tarea de inventario, el servicio, en colaboración con Edicions la Xara, inició el pasado año la publicación de una colección de archivos privados y señoriales de familias relevantes de la comarca. Ahora trabaja en una nueva vertiente dirigida a crear un fondo de imágenes, que ya cuenta con más de un millar de instantáneas históricas. Para Garcia el éxito del proyecto se debe a que "no sólo resuelve el problema administrativo de los ayuntamientos y de los investigadores", sino que permite "la incorporación de nuevos fondos". "Es la línea de futuro para los municipios pequeños", agrega.