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Crisis socialista en L'Alacantí al rechazar la lista a la Diputación

La dirección amenaza con expulsar a los diputados y a los autores de la lista alternativa

El puntal que sostuvo en pie al PSPV en la campaña electoral y que aguantó su derrota en las urnas se desmoronó ayer en Alicante. Una mayoría de concejales socialistas de L'Alacantí tumbó en el juzgado la lista oficial del partido para ocupar acta de diputados provinciales con una diferencia de dos votos. Ángel Franco se quedó sin banco en la Diputación ante la lista propuesta por las alcaldesas de Mutxamel y El Campello, vencedoras en las elecciones. El secretario comarcal, Agustín Jiménez, pidió la expulsión de los cuatro diputados electos y los tres reservas.

Un sector amplio de la comarca de L'Alacantí plantó cara ayer a la Ejecutiva Nacional del PSPV. Los juzgados de Benalúa fueron de nuevo, cuatro años después, escenario de una guerra interna y de la derrota de la postura oficial del partido. La lista de la dirección del PSPV para ocupar las actas de diputado provincial, apoyada por el secretario general, Joan Ignasi Pla, fue vencida. La rebelión de los municipios pequeños -encabezados por las alcaldesas de Mutxamel, Asunción Llorens, y El Campello, Marita Carratalá- provocó una votación que supuso la derrota de la lista oficial. Ésta estaba integrada por Ángel Franco (Alicante), Baltasar Ortiz Gutiérrez (Sant Joan), Manuel De Barros (Alicante) y José Manuel Monllor (Sant Vicent del Raspeig). La respuesta del resto de municipios fue presentar una alternativa con María Teresa Carbonell (Xixona), María Loreto Martínez (Mutxamel), José Antonio Mourisco (Aigües de Bussot) y Francisco Javier Miralles (El Campello). En la reserva aparecían los nombres de Llorens y Carratalá.

La votación comenzó a las 16.30 con un golpe de efecto que inició Blas Bernal, portavoz socialista en el Ayuntamiento de Alicante, al mostrar públicamente su papeleta, gesto que imitaron los demás oficialistas. El otro sector les acusó de "manipuladores" y varios de sus componentes se quejaron al magistrado y al secretario judicial que fiscalizaban la votación. La alcaldesa de El Campello, Marita Carratalá, entró al envite y mostró también su voto: su apoyo a la lista alternativa era ya manifiesto. El gesto fue vitoreado por algunos de los presentes. "Qué huevos tiene la tía", se oyó en la sala de juntas del Palacio de Justicia. La lista oficial obtuvo 27 votos, frente a los 29 que respaldaron a los candidatos alternativos.

El secretario de Organización del PSPV, Vicent Sarrià, fue tajante: "Es una rebelión. El partido no tiene más remedio que decir que si los cuatro titulares y los tres suplentes no renuncian, serán expulsados fulminantemente". Sarrià añadió que abrirá un expediente informativo para averiguar quiénes son "los instigadores" de la rebelión. "Lo que es obvio", justificó, "es que los elegidos están en contra de una decisión adoptada por los órganos competentes del partido. O renuncian, o están fuera". Respecto a las quejas sobre la falta de consulta con las organizaciones comarcales para elaborar las listas, Sarrià comentó que la decisión no es de ámbito comarcal sino nacional, dado que las comarcas no coinciden con los partidos judiciales, que son los que determinan la elección de los diputados.

El responsable de Organización del PSPV calificó de "desagradable e inoportuna" la situación, que "confunde a la gente de manera intolerable" y que además se produce en la víspera del primer discurso importante del secretario general, Joan Ignasi Pla, en las Cortes, con motivo del debate de investidura del presidente de la Generalitat que se celebra hoy. Otras fuentes del partido señalaron que algunos integrantes de la dirección mostraron a Pla su disgusto por el asunto.

Ángel Franco exigió la renuncia de las concejales por Alicante María Teresa de Nova y Antonia Gruell, a las que consideró "instigadoras" y que fueron las únicas del Grupo Socialista de la capital que no mostraron su voto, como marcaba la escenografía oficialista. Franco comparó la situación de ayer con lo sucedido en la Asamblea de Madrid. "Se trata de un grupo de tránsfugas, porque no han admitido la decisión de la dirección de su partido", dijo, y criticó el engaño de los que "han utilizado las siglas del partido para hacerse con actas de concejal; deberían de haberse presentado como independientes".

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La alcaldesa de El Campello dijo: "Lamentaré mi expulsión si sucede". Carratalà explicó que no hay ningún artículo en los estatutos del partido que incluya la expulsión por "ejercer la democracia". La alcaldesa de Mutxamel, Asunción Llorens, justificó el resultado de la votación como "un ejercicio de un partido demócrata y libre". Llorens lamentó no haber alcanzado un acuerdo. "No entiendo por qué se ha confeccionado una lista que prima las mayorías del PP", en relación a la lista oficial formada por ediles de Sant Vicent y Alicante, donde gobierna el PP.

Un serio aviso a Pla

Si el objetivo era Ángel Franco, la patada la recibió Joan Ignasi Pla justo la víspera de su estreno como jefe de la oposición en el debate de investidura de Francisco Camps. Los concejales rebeldes podrían haber intentado un voto de castigo contra el senador, concejal y secretario general de la agrupación local de Alicante, salvaguardando los otros candidatos aprobados por la ejecutiva del PSPV y la comisión federal de listas. Pero para conseguir los votos necesarios precisaban un acuerdo amplio. Tan amplio que fue preciso acordar una lista alternativa completa con candidatos de diferentes municipios porque, de lo contrario no alcanzaban la mayoría. Esta alianza fue posible, según diversas fuentes, gracias al concurso de la diputada autonómica Carmen Sánchez Brufal, al ex presidente de la Diputación Antonio Mira Perceval y al hasta ahora portavoz socialista de la Diputación, Francisco García Gelardo, entre otros.

La candidatura oficial fue el resultado de no pocas componendas. De un lado, Pla necesitaba colocar a uno de sus peones de confianza, Manuel de Barros, en la diputación alicantina tras el fiasco electoral de Pascual Azorín en Elda. De otro, Ángel Franco, que controla la militancia de L'Alacantí, pero no a los concejales, quería un tratamiento similar al de José Luis Ábalos en Valencia. Todo un encaje de bolillos que a Pla se le deshilachó y que a última hora de ayer intentaba recomponer como fuera, aunque fuera a costa de negociar con los rebeldes, siempre, eso sí, que éstos entregaran sus actas de diputados provinciales como se les había pedido desde la dirección del PSPV, bajo amenaza de expulsión. Fuentes cercanas al secretario general de los socialistas valencianos admitieron que éste reconoció que los indisciplinados llevaban parte de razón en su protesta y, en consecuencia, estaba dispuesto a hablar.

Una disposición que revela fallos de coordinación y de metodología por parte del área de organización de la ejecutiva socialista y que constata el malestar por lo que se considera malas formas en la confección de la candidatura.

El fuego de la rebelión de algunos socialistas en las comarcas alicantinas está lejos de apagarse. En el Vinalopó Mitjà, tras la elección del canditado oficial, José Miguel Espinosa, el alcalde de Aspe y secretario comarcal, Miguel Iborra, ha dicho que dimite. Iborra ha sido el socialista con mayor respaldo en las elecciones en la comarca.

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