AVE pide plazos para ejecutar las obras del tren de alta velocidad
Francisco Pons: "Queremos estar en el reparto del pastel entre Madrid y Barcelona"
Francisco Pons, presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), combinó ayer cortesía y firmeza para lanza un crudo envite al Ministerio de Fomento y solicitar que se definan plazos concretos para la ejecución de las obras del tren de alta velocidad que debe conectar las tres capitales de la Comunidad Valenciana con Madrid. "A los empresarios nos gusta fijar plazos", comentó, "y nos gustaría que Fomento se mojara". Pons dibujó un "triángulo del oro" sobre el mapa de España para sostener sin alzar el tono que los valencianos tiene capacidad económica y peso social sobrados para exigir una porción en "el reparto del pastel entre Madrid y Barcelona".
Pons relevo a Federico Félix en la presidencia de AVE hace unas semanas y ayer compartió mantel en Valencia con un grupo de periodistas para trazar las prioridades del grupo empresarial y poner de relieve el evidente cambio de talante de la organización. Si Félix ofreció su despacho profesional en julio de 1995 para que Eduardo Zaplana y Vicente González Lizondo peinaran los últimos flecos de un pacto de gobierno que garantizara al PP el control de la Generalitat sin sobresaltos a lo largo de una legislatura, Pons subrayó ayer que "no debe circunscribirse todo a las decisiones del poder político" para lanzar un alegato en favor de la relevancia de la sociedad civil y en defensa de su capacidad de influencia. "Los valencianos tenemos que empezar por convencernos de nuestras propias posibilidades", reiteró Pons en diversas formulaciones.
La cabeza visible de AVE, un poderoso empresario del sector de la alimentación, es pausado y conciliador. Pero su tono monocorde no disimula la firmeza de sus convicciones ni la claridad de sus objetivos.
Según su propio relato, AVE pretende alterar ciertos hábitos históricos para afianzar pautas de cooperación empresarial y de identificación social netamente valencianas para poder competir en el actual Estado de las Autonomías.
"Tenemos que conseguir", dijo Pons, el tren de alta velocidad, el apoyo del Gobierno al Puerto de Valencia y el trasvase de aguas del Ebro. "El avance de la línea de alta velocidad entre Madrid y Cataluña nos perjudica", añadió.
Pero, del mismo modo, comentó: "Tenemos buenas relaciones con [Jordi] Pujol y [Artur] Mas", comentó, "no es bueno estar reñidos, aunque en ocasiones seamos competidores. Explicó que "una Comunidad Valenciana fuerte beneficia a Cataluña". Y recordó la importancia del corredor mediterráneo para una economía exportadora como la valenciana que traslada el 95% de sus mercancías por carretera.
La reciente oposición del Govern catalán a la ejecución del PHN respondería, según Pons, a razones de mera oportunidad política. Porque "la ejecución del PHN hay que hacerla", sentenció.
¿Se usará el agua trasvasada para regar campos de golf? Pons no eludió el debate. Y puso de manifiesto una pedagógica capacidad de persuasión. "¿El tren de alta velocidad será sólo para ricos? ¿El PHN es para regar campos de golf?", se preguntó. Y respondió: "La disyuntiva sólo conduce a la demagogia", a discursos que caen por su propio peso y que mitifican algunos argumentos. Pons alabó el modelo de turismo industrial que encarna Benidorm, pero apostó por "elevar el listón", por atraer otro tipo de visitantes a otros puntos del territorio y recordó que esos clientes "piden golf".
El nuevo presidente de AVE lamentó la escasa inversión tecnológica de las empresas valencianas, destacó la importancia creciente de la Unión Europea y la necesidad de tener tanta presencia en Bruselas como en Madrid, y sugirió los problemas que entraña la globalización para los productores de bienes de gran consumo. Pero trasladó los detalles a una próxima conferencia.
Y dejó patente un nuevo estilo cuando celebró que Rafael Ferrando, socio de AVE y presidente de la CEV y Cierval opte a la reelección al frente de la patronal autonómica: "Rafael tiene perfecta opción para actualizar su presidencia". Pero su decisión es personal y no ha sido debatida en el seno de AVE: "No queremos dominar otras organizaciones".
Más calidad que volumen
La Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) tiene 65 miembros. No admite a todos los empresarios, no empresas, que solicitan incorporarse. Prima la capacidad de liderazgo. "Se selecciona más calidad que volumen", en palabras de Francisco Pons, presidente del grupo.
Silvino Navarro fundó la asociación hace 25 años como vehículo para trasladar la influencia de los más poderosos empresarios valencianos sobre los dirigentes de las diversas organizaciones empresariales que surgieron durante la transición democrática.
Los tiempos han cambiado. El talante también. Pons define AVE como un referente empresarial que "aspira a crear opinión, presentar opciones, generar oportunidades y detectar amenazas" desde una perspectiva que vincula la economía y la sociedad valenciana más allá del interés de ciertos poderosos.
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