Inteligencia rebelde

Luis Javier García Sanz, un futbolista badalonés de 24 años, está muy preocupado por comprender cómo funciona su cerebro. Al extremo izquierdo catalán del Atlético, pelo lacio peinado hacia atrás y cubierto por una gorra con un canguro a punto de saltar dibujado en su frontal, le asalta la duda de cómo aplicar la inteligencia a cualquier situación cotidiana dentro y fuera del césped. "Inteligencia aplicada", deletrea Luis García como quien comparte un secreto valioso. "Es un libro que te enseña a sacar el mayor rendimiento de tu intelecto en cualquier situación. Por ejemplo, para resolver un problema más rápido y mejor", revela despacio el delantero a tres días de un clásico decisivo para el Madrid, que pugna con la Real Sociedad por el título de la Liga.

Luis García es, junto a Fernando Torres, su "colega fuera del campo", el máximo goleador del Atlético. Ha marcado nueve tantos. Además, en el Calderón gusta su estilo eléctrico, con buen regate y un poquito de chulería. Tanto, que Miguel Ángel Gil, el director general del club, dice que se quedará "seguro". Luis García no lo ve tan claro: "Me he cansado de decir que me quedaría los cuatro años firmados y otros más porque me ha atrapado el color rojiblanco, pero el Barcelona tiene una opción de recompra" por 3,5 millones de euros.

"Los goles los hemos metido Fernando y yo. Por eso nos han llamado los salvadores", describe Luis García sin falsas modestias, pero sin excederse en el acento soberbio. "Nos compenetramos muy bien porque los dos tenemos el mismo concepto del fútbol: velocidad y desmarque", remacha el jugador, que reconoce que el Madrid "está un punto por encima del Atleti, sobre todo en lo económico". Y añade que se pediría siempre a "Zidane" para su equipo, aunque "tengan más fama Ronaldo y Raúl por acabar las jugadas".

El barcelonés explica de manera precisa sus recetas para ganar al equipo blanco, algo que es "posible", reivindica: "Hay que jugar a la contra, robar el balón en el centro del terreno aprovechando sus toques en esa zona y salir a toda velocidad contra su portería".

Hay quien recuerda que Luis García no estuvo precisamente muy lucido en el turno del Bernabéu y le acusan de "borrarse" de aquel encuentro. Él lo reconoce entre dientes y se explica lanzando una pequeña arenga autoexculpatoria: "No es cierto que me arrugara. En el primer tiempo atacamos todo el tiempo por la derecha [la banda contraria a la suya] y a los cinco minutos del segundo el míster me quitó. Fallé dos controles. De acuerdo, ya lo sé. Pero el campo estaba muy mal."

Luis García se lesionó el día del centenario del Atlético, el 26 de abril. Estaba convocado por Iñaki Sáez para debutar en la selección española y su equipo andaba cerca de la Copa de la UEFA. "Fue una tragedia porque llevaba mucho tiempo esperando esa llamada. Y, encima, el día del cumpleaños. Además, el equipo entró en una decadencia continua", rumia, pero rápidamente se vuelve a subir a su sonrisa para desdramatizar: "Luego, se te pasa".

Igual recuerda cómo se le pasó el no contar para su técnico a mitad de la temporada: "Nadie puede ser regular todo el curso". Sobre el final de la Liga, no tiene ninguna duda: "Se la merece la Real". Pero, una vez más, le puede el cerebro, ése que intenta controlar, y apunta: "Una victoria sobre el Madrid no compensaría el año. Hemos jugado por debajo de nuestro nivel". Pues eso, inteligencia aplicada. Quizá por eso su película favorita sea El indomable Will Hunting, la historia de un superdotado rebelde e impulsivo.