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LA NUEVA SITUACIÓN MUNICIPAL

Ramírez renuncia a sus aspiraciones tras la negativa de De la Torre a incluirle en su equipo

El presidente provincial del PP de Málaga será concejal sin ningún área de responsabilidad

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, se ha salido finalmente con la suya en el conflicto que mantenía con el presidente provincial del PP, Joaquín Ramírez, por la formación de su nuevo equipo de gobierno, en el que definitivamente éste no tendrá ninguna responsabilidad. Ramírez anunció ayer que renuncia a su propósito de ser primer teniente de alcalde "porque así no merece la pena serlo" y para "abandonar esta situación absurda de bloqueo". Pese a su rango orgánico, sus funciones se limitarán a ser portavoz de la oposición en la Diputación y a mero concejal sin área en el consistorio.

Ramírez prefirió anunciar la renuncia a sus aspiraciones en una conferencia de prensa y sin comunicación previa al alcalde, quien ajeno a esta comparecencia insistió minutos antes en unas declaraciones en que Ramírez debía dedicarse a la Diputación y que prefiere que todos los miembros de su equipo de gobierno tengan dedicación plena.

El presidente provincial reconoció que esta polémica "nunca debía haberse producido, porque ni la deseaba, ni era nada constructivo, ni conviene a los intereses del partido y de la ciudad". "La estabilidad del grupo y de la ciudad deben estar por encima de cualquier aspiración personal", agregó. Lo que no admitió es la consideración de que ha mantenido un pulso con el alcalde en el que finalmente ha salido perdedor. "En este conflicto no hay vencedores ni vencidos, y aunque la lectura pueda ser lo contrario, sería una victoria pírrica".

En tono circunspecto, y en presencia de siete de los 17 concejales del PP y cuatro ediles salientes, Ramírez se esforzó en su comparecencia por restar trascendencia al conflicto, aunque no ahorró críticas veladas al alcalde, que resumió así: "Yo he hecho una petición al alcalde, él no la ha atendido y no quiero ser ningún problema". Aseguró que su decisión es "absolutamente personal" y que en ningún momento ha sido "ni influida, ni ordenada" por ningún órgano superior del partido.

Sí admitió que "no esperaba esto", en alusión a la negativa del alcalde a aceptarle como primer teniente de alcalde. Incluso dijo que cuando le pidió este nombramiento, De la Torre le indicó que que "no habría ningún problema" y lamentó que ha conocido su negativa por las declaraciones que ha realizado a la prensa. También dijo Ramírez que cuando se cerró la lista quedó con el alcalde en que si el PP no conseguía la presidencia de la Diputación tendría "un papel digno, más o menos destacado" en el gobierno municipal. No quiso hablar sin embargo de incumplimientos "porque no hicimos ningún pacto", pero en el intento de justificar al alcalde encerró una crítica velada: "Es la primera vez que gana unas elecciones y comprendo las indecisiones y las dudas", dijo. Y en otro momento agregó: "Él es el alcalde pero debe compartir la alcaldía moral con mucha gente que ha contribuido a su éxito".

Pese a los empeños de Ramírez en dar por cerrado el problema, el PP afronta en una difícil situación su segundo mandato en mayoría absoluta en Málaga. Como evidencian las propias palabras de Ramírez, el conflicto ha desentrañado la desconfianza entre el alcalde y el presidente provincial, quienes no sólo han sido incapaces de solventar un asunto que parecía menor, sino que ni siquiera han dialogado en los últimos días.

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Ramírez sí ha conseguido colocar a algunos candidatos de su mayor confianza en áreas de importante peso como Urbanismo (Juan Ramón Casero), Economía (Bernardo Pinazo) y Cultura (Diego Maldonado), aunque el alcalde se ha reservado el nombramiento de la portavoz (Mariví Romero) y del primer teniente de alcalde. Además ha quedado patente una fisura en el grupo municipal, ya que 12 concejales electos firmaron un escrito de apoyo a Ramírez en sus aspiraciones de ser primer teniente de alcalde. Más que una lucha por el poder interno en el partido, la disputa entre De la Torre y Ramírez se ciñe al control de determinadas áreas de gestión y proyectos de futuro para la ciudad.

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