Mueren siete inmigrantes y desaparecen otros dos al volcar una patera en Canarias

Nueve inmigrantes africanos cayeron al mar en la madrugada del martes -de los que se han rescatado siete cadáveres-, después de que la patera en la que viajaban volcara, en el momento en que sus 25 ocupantes eran izados a bordo de la patrullera Almirante Díaz Pimienta, de la Guardia Civil, que había salido a su encuentro, a unos 800 metros de Punta Jurado, en la costa de Tuineje (al sur de la isla canaria de Fuerteventura). Es el tercer suceso de estas características que se produce en aguas españolas en ocho días.

La versión oficial indica que, mientras se procedía al rescate de los africanos por estribor a la 1.30 de la madrugada, "se hicieron enérgicas indicaciones a los inmigrantes para que permanecieran sentados y sin moverse". Según esta versión, cuando se izó al primero a bordo de la patrullera, "el resto se puso de pie bruscamente, de manera desesperada, porque la patera presentaba una vía de agua, lo que produjo la desestabilización de la barquilla y provocó su vuelco". Los agentes sólo pudieron rescatar con vida, desde una lancha tipo zódiac y con las cuerdas y salvavidas que lanzaron al mar, a 16 hombres adultos, entre ellos dos marroquíes, al parecer, los únicos miembros de la expedición de esa nacionalidad, y de quienes se presume que eran los patrones de la barca.

Dos patrulleras, un helicóptero y una unidad de submarinistas de la Guardia Civil, más un helicóptero y un barco de Salvamento Marítimo y un helicóptero del Gobierno de Canarias participan en las labores de búsqueda de los nueve desaparecidos. A primera hora de la tarde, estas unidades localizaban un cuerpo en la misma zona del naufragio, y horas después eran hallados otros seis cadáveres.

Cadáver de otro naufragio

Más al norte era localizado otro cadáver, probablemente vinculado al grupo de 23 inmigrantes que naufragaron la semana pasada en la misma isla: once fueron rescatados con vida y nueve -incluido el de ayer- han sido localizados muertos.

La de ayer es "la patera en peor estado que hemos visto en muchos años", comentó un portavoz de la Guardia Civil al explicar el suceso. En el momento de reflotarla y trasladarla al muelle de Gran Tarajal, en el sur de la isla, los agentes encontraron un maltrecho bote de madera de apenas cinco metros (cuando la medida estándar de estas embarcaciones está entre los seis y siete metros), con "múltiples vías de agua, decenas de parches y arreglos en el casco y un motor de apenas 18 caballos". El mismo portavoz indicó la fortuna de los supervivientes, porque "si el mar hubiera estado un poco mal, jamás habrían llegado tan lejos".

En lo que va de año se han registrado seis naufragios y 49 muertes o desapariciones de inmigrantes en aguas cercanas a alguna de las Islas Canarias.

Este último naufragio se produjo en circunstancias similares al de la semana pasada, cuando doce hombres desaparecieron después de que su patera volcase durante el rescate desde una patrullera que los había interceptado a unas dos millas del faro de la Entallada.

El 31 de mayo de 2001 se repitió el mismo suceso, también en Fuerteventura. Quince inmigrantes desaparecieron en el mar, después de que la patera volcara cuando sus 22 ocupantes se pusieron de pie para ser rescatados por una patrullera de la Guardia Civil. Tres se asieron a flotadores y otros cuatro fueron rescatados por una zódiac. Por el momento no se ha encontrado al resto.

La Guardia Civil dispone de tres patrulleras para la lucha contra la inmigración en la isla de Fuerteventura: la Tenecheyde y Báltico, con una eslora cercana a los 16 metros, y la patrullera Almirante Díaz Pimienta, de 18 metros.

Ante esa suma de siniestros, el consejero de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno canario en funciones, Marcial Morales, exigió ayer al Estado que ponga "de una vez todos los medios humanos y materiales" para evitar que sigan muriendo inmigrantes que viajan en pateras al archipiélago, informa Efe. "Si es terrible morir en medio del Atlántico, aún lo es más al lado de una patrullera, y esto tiene que poder evitarse", sentenció Morales, quien responsabilizó de la situación a la Administración del Estado que, dijo, "debe dotar de más medios y no abusar de los cuerpos y fuerzas de seguridad, que hacen un magnífico trabajo pero no dan más de sí".