"El Gobierno diverge de Bolonia"
El profesor del Departamento de Historia Moderna de la Universitat de València, Jorge Catalá es la única autoridad universitaria valenciana en el proyecto Tuning, el instumento de desarrollo de la Declaración de Bolonia que aboga por un espacio europeo de enseñanza superior compatible y competitivo. Es el representante español del Tuning de Historia. La Conferencia de Rectores de las Universidades Españoles (CRUE) asignó la tutela española en Historia a la Universitat y ésta delegó en el vicedecano de intercambios internacionales de la facultad.
Pregunta. Río revuelto en Bolonia tras saber que el Gobierno fijará el 70% de cada carrera, ¿es esta manera de converger?
Respuesta. Claramente no. Los decretos demuestran que no le interesa que la universidad española refleje el espíritu de diversidad porque calza el 70% de las titulaciones (antes el 30%). El Gobierno se preocupa más por los contenidos, que por las competencias, que es la idea de Bolonia.
P. ¿El listón es en España más alto?
R. Sí. España es el único país de la Unión donde el crédito se basa en horas presenciales y no en carga de trabajo del estudiante, como exige el sistema ECTS. Debemos abandonar las clases magistrales como única forma de aprender.
P. ¿Hay más complicaciones?
R. Las estructuras de las grandes universidades españolas son difíciles de encontrar en Europa. En Roskilde (Dinamarca) fomentan el trabajo con 10 o 12 alumnos, mientras aquí tenemos entre 100 y 120. Pero la principal es nuestra estructura de dos ciclos, más bien virtual, porque el final del primero no habilita laboralmente. De cara a la convergencia de ciclos, la mayoría de países se inclina por una estructura de 3 años para el primero, y un segundo de 2, pero en España las autoridades parecen decantarse por un modelo de 4 más 1, lo que también complicará aspectos básicos de la movilidad y la comparabilidad de títulos.
P. Tuning proviene del término afinar, ¿cómo lo definiaría exactamente?
Respuesta. Como el instrumento creado por las universidades a una exigencia de la Comisión Europea, que ayuda a la financiación, para dar una posible respuesta. La idea partió de las universidades coordinadoras: Deusto y Groningen. Al principio las universidades participantes lo acogieron con cierto escepticismo, pero ahora están entusiasmadas.
P. ¿Cuántos socios hay?
R. En la segunda fase, iniciada en mayo de 2003 somos más de un centenar entre universidades y otros organismos. Al principio éramos 76, repartidas en cinco ámbitos: Historia, Matemáticas, Administración de Empresa, Ciencias de la Educación y Geología. Después se incorporaron Física, Química, Estudios Europeos y Enfermería.
P. ¿Qué balance realiza de la primera fase?
R. Ha servido para demostrar que es posible el consenso entre áreas e instituciones sobre los objetivos de la educación superior, sin restringir autonomía ni diversidad.
P. ¿Algunos ámbitos lo tienen más fácil?
R. Sí los que no dependan tanto del modelo de clase magistral, como Matemáticas o Filología.
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