"Está claro que mis mejores años ya han pasado"
Ganadora de Wimbledon en 1994, finalista del Open de Australia en 1998 y de Roland Garros en 2000, el listón ha bajado para la tenista española Conchita Martínez. A sus 31 años -los cumplió en abril-, la aragonesa acaba de perder en los cuartos de final de París con la belga Kim Clijsters, tras derrotar a la estadounidense Lindsay Davenport. Sin Arantxa Sánchez Vicario, retirada en diciembre, y con ella en la última fase de su carrera, el tenis español afronta un futuro complicado. Aunque arrastra una lesión crónica en los tendones de Aquiles, y que su hombro la sigue molestando, Conchita asegura que sigue ahí y se marca el objetivo de acabar el año entre las top ten.
Pregunta. ¿Qué supone haber estado otra vez en los cuartos de final de Roland Garros?
"Antes el juego era más variado; ahora sólo cuenta quien pega a la bola más fuerte"
Respuesta. Algo muy positivo, porque me había preparado mucho para este torneo y venía jugando bien. La lástima es que los cuartos no los pude jugar como a mí me hubiera gustado, porque la lluvia impidió que realizara toda mi preparación habitual. Este hecho rompió mi rutina y me perjudicó bastante.
P. ¿Le sirven sus victorias en París y en Roma para constatar que su juego sigue estando al nivel de las mejores?
R. Por supuesto. He tenido victorias sobre Dokic y Hantuchova, que están entre las 10 primeras del mundo, y he hecho buenos resultados. Me siento un poco más regular que el año pasado. Y para mí es muy positivo.
P. Lleva 16 años en el circuito femenino y, salvo pequeñas excepciones, siempre se ha movido en la élite. ¿Ha debido evolucionar mucho su juego?
R. Para mantenerte tantos años hay que mejorar constantemente. Y, en mi caso, creo que ahora estoy en una condición física formidable. Eso me ayuda mucho, porque ahora la gente pega mucho y debes estar bien de piernas para aguantar. Siempre debes intentar superarte y creo que lo he logrado.
P. ¿Cuáles son las diferencias más importantes que ha encontrado en el circuito profesional desde que se hizo profesional en 1988?
R. La fundamental es que ahora todo el mundo está jugando muy bien desde muy joven, pegándole a la bola desde los dos lados y muy fuerte -debe ser una cuestión tecnológica-, y también que físicamente están mucho mejor preparadas.
P. ¿Y a nivel humano?
R. Me relaciono poco con las nuevas jugadoras. Pero la relación es muy cordial en el circuito femenino. Hay buen rollo.
P. ¿Qué etapa es la que más le ha gustado, la primera con Graf, Evert, Navratilova, o ahora con las Williams?
R. Evidentemente, la etapa en que yo jugué mejor: entre 1990 y 1996. Yo me quedaría con aquellos años porque había más variedad en el juego. Ahora es todo muy parecido. Se trata sólo de ver quién le pega más fuerte.
P. La despedida de Arantxa la ha dejado sola al frente del tenis español, pero los mejores años han pasado.
R. Yo sigo estando ahí dando guerra y llegando a los cuartos de un Grand Slam, como ahora, y haciendo resultados. Pero está claro que mis mejores años fueron cuando gané Wimbledon, hice la final en Roland Garros y Australia, y gané muchos otros torneos. Ahora me cuesta muchísimo más, porque el tenis está fortísimo. En cuanto al tenis español creo que hay que tener paciencia. Serna está jugando muy bien y por detrás hay más jugadoras que tienen un buen nivel, pero hay que darles crédito. Necesitan un margen.
P. ¿Qué recuerdos le quedan de los años en los que coincidió con Arantxa en el circuito?
R. Cuando más viví con ella fue en la Copa Federación y en los Juegos Olímpicos. Creo que logramos cosas muy grandes: cinco Copas Federación y medallas olímpicas. Coincidir las dos en la misma generación fue una casualidad que se da pocas veces, y nos convirtió en un equipo temible. Pero ahora ha vuelto a ocurrir en Bélgica, con Justine Henin y Kim Clijsters.
P. Hace unos días se rebelaba contra su clasificación tan baja -ahora es la 22ª-. ¿Qué es lo que le incentiva a seguir luchando?
R. Estar convencida de que mi juego puede llevarme mucho más arriba; ganar partidos a gente más joven que yo y que está más arriba en la clasificación. Todo eso me da confianza en mí misma. Y creo que al final podré demostrar que mis golpes aún son válidos en el tenis actual.
P. Hace unos días anunció que va a acabar seguro esta temporada y que en la próxima ya lo decidirá. ¿Qué puede ocurrir al final de este año?
R. No tengo respuesta para eso. Es algo muy personal. Cuando llegue el día de dejar el tenis, llegará y ya está. Ahora mismo no tengo ni idea. Pero estoy bien y contenta de seguir. Todavía me apetece entrenar y jugar.
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