Las dos Coreas abren una nueva etapa histórica de paz y reconciliación
Corea del Norte y Corea del Sur, los dos feroces enemigos del único conflicto heredero de la época de la guerra fría, abrieron ayer una cumbre en Pyongyang, capital del norte, que pone fin a más de 50 años de hostilidades. "Somos el mismo pueblo, compartimos el mismo destino. ¡Os quiero a todos!", concluía el saludo del presidente surcoreano, Kim Dae-jung. El líder del norte, Kim Jong-il, acudió al aeropuerto a recibir a su histórico rival. "Si somos consecuentes, estoy convencido de que todos los problemas se resolverán", afirmó. Los dos recorrieron las calles de la ciudad aclamados por la multitud. Como primer gesto, se declararon a favor de facilitar la reunión de familias separadas por la guerra civil.
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