Contabilidad dispersa

Preguntar a los partidos andaluces sobre el dinero que se están gastando en esta campaña electoral es como intentar averiguar la edad de las artistas maduras. Dan largas, hacen gala de un elegante desdén hacia el vil metal, se despistan, muestran una particular incapacidad para recordar números... Finalmente, tras mucho insistir, algo dicen, pero de forma tan dispersa que es muy difícil establecer cierta uniformidad entre los distintas fuerzas políticas. Es lo que ha ocurrido especialmente con PSOE y PP, quienes se remiten a sus organizaciones nacionales cuando se intenta indagar en las cuentas. "Eso lo saben en Madrid", dicen desde Sevilla; pero en Madrid responden: "Eso lo saben en Sevilla".

"Eso lo sabe Madrid", dicen en Sevilla; "Eso lo saben en Sevilla", dicen desde Madrid

Las direcciones nacionales de ambos partidos contratan y pagan los grandes trazos de las campaña en las poblaciones de más de 50.000 habitantes. Esto es: las cartelerías en cabinas de teléfonos y marquesinas de autobuses; las inserciones publicitarias en prensa y radio; el envío de la papeleta de voto y el montaje de los mítines de sus líderes (José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero). En el caso de los populares, también se encargan del mailing, que es precisamente lo más costoso.

Como quiera que en la sedes regionales de populares y socialistas no coordinan el cómputo autonómico -según aseguran-, la cifra global se ha obtenido de sumar los presupuestos que han ido facilitando las ocho direcciones provinciales de cada partido. "Ni un duro, no tenemos ni un duro". Esta fue, salvo excepciones, la primera reacción. No es una expresión cierta, pero sí deja entrever una queja muy extendida entre los responsables locales por la pérdida de autonomía. Con el mailing incluido, el PSOE maneja 1.035.053,03 euros en total. Sin meter el mailing (lo pagan desde Madrid), el PP, más o menos la mitad: 476.182 euros.

Sólo Francisco Pérez Moreno, secretario de Organización del PSOE de Sevilla, brindó personalmente hasta los céntimos de sus cuentas: 414.953,03 euros. El resto de las agrupaciones socialistas confesó los siguientes datos: 36.000 euros, Córdoba; 152.400 euros, Cádiz; 84.000 euros; Almería; 30.000 euros, Huelva; 33.000 euros, Jaén; 114.700 euros, Granada; y 170.000, Málaga. Ni Huelva ni Jaén incluyen los gastos del mailing. En el PP, fueron las direcciones de Málaga y Granada las primeras en contestar. La malagueña dijo despachar 66.000 euros, mientras que la granadina, 36.000. Los otros ofrecieron estas cifras: 108.182 euros, Sevilla; 36.000 euros, Huelva; 50.000, Almería; 66.000 euros, Córdoba; y 48.000 euros Jaén.

Izquierda Unida de Andalucía no echó balones fuera con la invocación del consejo federal y precisó con claridad la cantidad destinada a Andalucía: 1.200.000 euros. De hecho, ha sido la única formación que ha entregado un cuadro por provincias, con el desglose de los conceptos -eso sí, tras semana y media de ruegos-. En mailing y envíos han desembolsado más de medio millón (526.575,23 euros) y en vallas, 159.208,53 euros, sin incluir IVA ni tiras de voto. Lo demás se va en gastos diversos.

El coordinador de campaña de IU, Willy Meyer exhibió un indisimulado escepticismo con la contabilidad de sus oponentes, aún más después de saber que dicen gastarse menos dinero que la coalición. "Se concurre de manera desigual porque no se respetan los límites que establece la Ley Electoral". Según los cálculos de Meyer -una vez actualizada la ley y traducida a euros-, los límites para Andalucía son de 1.729.000 euros. "En una campaña municipal la fiscalización parte de dos instituciones diferentes (Tribunal de Cuentas y Cámara de Cuentas de Andalucía) y el control es aún más complicado".

El Partido Andalucista, el único de los cuatros grandes partidos cuyas cuentas nacen y mueren aquí, no es muy explícito con los números. Da una cifra global -1.100.000 euros- a través de los servicios de prensa y no entra lo que se dice en detalles. "Aproximadamente, el 40%" del total ha ido a parar a mailing; "cerca de un 20%", a publicidad de vallas; "del orden del 20%", a publicidad en medios de comunicación; y el "resto de la inversión" ha sido para actos públicos y otras actividades similares (pegatinas, pins, desplazamientos de candidatos, etcétera). Los andalucistas no han aportado los gastos provinciales.

A los presupuestos generales que manejan los partidos hay que sumar los de las agrupaciones locales y de sus grupos políticos en las corporaciones, que desde algunas fuerzas dicen desconocer.