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Crónica:FÚTBOL | 34ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Sevilla se deja avasallar por un Rayo moribundo

Lo ocurrido ayer tarde en el Sánchez Pizjuán bien podría ser incluido en una antología del disparate. Puede que el calor -unos 34º a la hora del partido- influyese en lo sucedido, pero sin duda la culpa máxima de que el Sevilla se dejase avasallar por un rival casi moribundo la tuvieron su entrenador, Joaquín Caparrós, y sus jugadores. Si no cómo explicar que con un holgado 3-1 en el marcador y con el Rayo casi llorando por su ya casi consumado descenso, el Sevilla tirase por la borda el esfuerzo realizado y permitiese a su desahuciado contrincante recuperar el aliento necesario para empatar el partido. Y porque no hubo más tiempo, que si no el Rayo hubiera podido bordar la tarde y aferrarse al sueño de mantener la categoría si la cosa se le daba bien en lo que queda de campeonato.

SEVILLA 3 - RAYO 3

Sevilla: Notario; Njegus, Oscar, Javi Navarro, David; Gallardo (Fredi, m. 76), Torrado, Javi Casquero, Marcos Vales; Antoñito (Reyes, m. 46) y Toedtli (Machlas, m. 66).

Rayo Vallecano: Exteberria; Mauro, Korino, Onopko, Graff; Mario (Bolic, m. 46), Iriney, Azkoitia (Luis Cembranos, m. 59), Quevedo; Peragón y Míchel.

Goles: 1-0. M. 45. Zapatazo de Casquero que Exteberria empuja a puerta. 2-0. M. 49. Reyes, solo ante Exteberria. 2-1. M. 63. Luis Cembranos, de penalti. 3-1. M. 79. Reyes, de penalti. 3-2. M. 85. Míchel, de fuerte disparo al borde del área. 3-3. M. 86. Peragón, solo ante Notario.

Árbitro: Losantos. Amonestó a Javi Navarro, Peragón y Luis Cembranos.

35.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán.

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Con dos goles de ventaja (2-0) como tenía y a falta de apenas un cuarto de hora para que finalizase el partido, fue el propio Sevilla el que se encargó de dinamitar el encuentro. Primero su entrenador, quien inopinadamente mantuvo al siempre cuestionado Toedtli en el césped y optó por retirar a Antoñito para dar entrada a Reyes. Este cambio levantó las iras del acalorado público, que se cebó con Caparrós. Éste fue el principio del fin del Sevilla, que ayer cerró casi definitivamente esa puerta que conduce a Europa. Tras esta bronca de la grada, el Sevilla fue incapaz de repetir las esporádicas pero espléndidas jugadas con las que Gallardo divirtió a la afición y abrió la senda de los goles sevillistas. Por contra, el Rayo vio su oportunidad de pescar en esas aguas revueltas y lo hizo.

Una falta en el área de Javi Navarro sobre Luis Cembranos supuso el inicio de la remontada rayista (2-1). Tras el penalti de Cembranos, Reyes, también de penalti, trató de devolver las cosas a su sitio (3-1), pero su equipo ya no estaba por la labor. Aplatanados por el calor y relajados en exceso por el resultado, los sevillistas permitieron al Rayo campar a sus anchas, pensando quizá que ya estaba herido de muerte. Pero el Rayo tuvo fuerzas para dar un par de arreones finales que, en apenas un minuto, dejaron a los sufridos espectadores congelados: un fortísimo disparo lejano de Míchel y un clamoroso fallo de la defensa que aprovechó Peragón fueron la puntilla con la que el Rayo dejó para el arrastre el sueño europeo del Sevilla.

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