La 'pequeña Rusia' se vuelve caribeña

La pequeña Rusia se ha aburguesado. Al menos en lo que al voto se refiere. Tetuán, un distrito de tradición obrera con 148.500 habitantes, se inclinó por el PP en los últimos comicios municipales y autonómicos. Este partido recibió un tercio de los votos, frente al 19% del PSOE y el 4% de IU. En las autonómicas, los populares obtuvieron el 36% de los votos; el 19% los socialistas y el 3% IU. Así que cualquier similitud entre Cuatro Caminos y la plaza Roja de Moscú es sólo una sombra del pasado.

Siempre se ha dicho que la calle de Bravo Murillo, arteria central del vecindario, separaba dos orillas distintas. La más cercana a la Castellana, con mejores viviendas y mayor nivel de vida y la de La Ventilla y los alrededores de Marqués de Viana, mucho más popular. Pero en los últimos años, dentro de la zona más humilde, han ido surgiendo islotes acomodados: las antiguas casas bajas, talleres y pequeñas industrias caen derribadas y sobre sus cascotes se levantan bloques de viviendas nuevas a más de 2.505 euros el metro cuadrado.

La población y la fisonomía de Tetuán -formado por los barrios de Bellas Vistas, Cuatro Caminos, Castillejos, Valdeacederas y Almenara- está cambiando. A ello contribuye la creciente presencia de inmigrantes. Es el segundo distrito, después de Centro, con mayor proporción de ciudadanos extranjeros (un 17%).

El barrio de Bellas Vistas-Alvarado es conocido, desde hace más de un lustro, como el pequeño Caribe. Y no es para menos, ya que en sus calles viven, desde hace años, numerosos dominicanos a los que se han ido sumando después ecuatorianos y colombianos. Hay casas con graves problemas de hacinamiento y en los locales comerciales se han abierto locutorios, peluquerías y colmados latinoamericanos.

El Ayuntamiento planea rehabilitar esta zona de Alvarado, que, junto a la de Marqués de Viana, es la que sufre más problemas de hacinamiento y viviendas ruinosas. Durante mucho tiempo también el barrio de La Ventilla figuró entre los más deteriorados, pero, quince años después de lo prometido, ha sido reformada y los habitantes de las casas en mal estado trasladadas a pisos de protección oficial.

En el otro extremo está la parte del distrito que rodea al Manhattan de Azca y Cuzco, junto a la Castellana. En lugar de pisos antiguos y comercios de barrio, en ella predominan las viviendas de lujo y las tiendas de diseño. Es otro Tetuán que nada tiene que ver con aquel donde sentaron sus reales numerosos traperos.

La memoria histórica del vecindario la mantienen los numerosos ancianos de la zona, que suponen el 22% de la población. Este distrito es el tercero más envejecido de la capital, después de Salamanca y Chamberí. Los niños suponen el 13% de los habitantes y entre ellos hay numerosos hijos de inmigrantes. Algunas escuelas tienen ya un elevado porcentaje de alumnado extranjero y las escuelas infantiles escasean (es el penúltimo distrito por número de plazas en guarderías). Una vez al año, precisamente el domingo pasado, los chavales celebraron el Día del Niño, una jornada en la que Bravo Murillo se vacía de coches y se llena de castillos hinchables.

Las asociaciones de vecinos reclaman que, además de vivienda privada, en el distrito se construya también de protección oficial para quienes no pueden pagar los elevados precios que ha alcanzado esta zona, ahora céntrica, y antaño situada en los confines de la ciudad, junto a la carretera de Francia.

La renta per cápita del distrito es de 12.095 euros anuales, por encima de la media de la capital (11.961), aunque en él existen grandes diferencias: desde familias muy acomodadas a otras que padecen una gran pobreza. La tasa de paro es del 7,8%, similar a la media del municipio.

Tetuán dispone de dos parques, el de La Ventilla y el de Rodríguez Sahagún, también llamado la Huerta del Obispo. Este último se ha convertido en un punto de encuentro de centenares de ecuatorianos. Cada domingo, junto a las canchas deportivas, estos inmigrantes juegan al ecua

volei, beben cervezas, degustan comidas de su país y escuchan música. Estos encuentros tan multitudinarios generan gran cantidad de desperdicios, lo que ha provocado quejas de otros usuarios de la zona verde.

Este vecindario multicultural alberga una de las dos mayores mezquitas de la ciudad, la de Abu Bakr, en la calle de Anastasio Herrero. En celebraciones señaladas, como el Ramadán, el templo se abarrota de fieles.

Tetuán es el segundo distrito mejor dotado de mercados. Tiene cinco. También hay varios multicines y numerosos comercios, bares y restaurantes. En las principales vías como Bravo Murillo, Orense y General Perón, la tienda tradicional ha sido sustituida por la franquicia. Los domingos la calle de Marqués de Viana se convierte en un inmenso rastro donde se venden frutas y verduras, herramientas, CD, plantas, ropa, golosinas. Gran parte de los compradores son inmigrantes que acuden con sus carros de la compra a aprovisionarse de alimentos a buen precio.

El tráfico es intenso y muchas de las calles del distrito son estrechas y con aceras pequeñas por lo que es habitual ver coches aparcados en las aceras. Por lo demás, la zona dispone de buen transporte público, con numerosos autobuses, metro, la estación de tren de Nuevos Ministerios que enlaza directamente con el aeropuerto de Barajas y el intercambiador de plaza de Castilla. El paso elevado de Cuatro Caminos aún sigue en pie, pese a los reiterados proyectos de desmantelarlo.

En 1860 las tropas españolas que regresaban victoriosas de Marruecos se asentaron en los campos de secano que formaban lo que hoy es Tetuán. Aquello ocurrió después de una contienda, la de Wad-Ras, que ha dado nombre a una de las calles del distrito. El próximo 25 de mayo el vecindario participará en otra batalla reñida, pero no cruenta: la de las urnas.