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Linux, una revolución imprevista

Este sistema operativo, que nació en 1991, se enfrenta a Windows con una filosofía de código abierto y uso libre

Tomàs Delclós

Cuando Linus Torvalds, el estudiante finlandés que creó Linux, publicó su autobiografía la tituló Just for fun. Algo así como Sólo como diversión. Y el subtítulo todavía era más claro: La historia de un revolucionario accidental. Es decir, la contundente emergencia de Linux en el mercado de los sistemas operativos, con una filosofía que contradice a la de Microsoft y le planta cara, no estaba en los planes de aquel chico que lanzó en 1991 lo que sería Linux, un sistema operativo de código abierto, que permite conocer sus tripas técnicas y modificarlo.

Doce años más tarde, sin embargo, grandes empresas como IBM, HP o Oracle anuncian productos con Linux y el diario Wall Street Journal lo incluye como una de las diez tecnologías que "usted debe conocer". Como teorizan en el diario, "Linux podía haberse quedado como una herramienta para rebeldes del software", pero es una "revolución del código abierto que sacude el mercado".

Microsoft ve en la cultura del código abierto "una significativa amenaza al modelo de negocio de la compañía"

En 1991, Torvalds empieza en los foros de Internet a dar noticias sobre lo que está haciendo y pide ayuda. "Hola (...). Estoy trabajando en un (libre) sistema operativo (un hobby, que no será grande y profesional como gnu)". Miles de programadores participaron y participan sin cobrar en el desarrollo de este programa.

Unix reinaba en la informática corporativa. Apple tenía una robusta herramienta, pero sólo trabajaba sobre máquinas de su marca. Las escuelas de negocios todavía discuten hoy el impacto que tuvo para Apple retener su sistema operativo vinculándolo a su máquina en un binomio cerrado. Apple se ha quedado con una modesta cuota de mercado de usuarios, eso sí, entusiastas. IBM abrió su arquitectura a otros fabricantes de ordenadores y desató su propia competencia. Mientras, Bill Gates había comprado por 50.000 dólares el esqueleto de un sistema operativo, DOS, y reinaba en el universo del PC personal. Menos amigable que el sistema operativo de Apple, tenía la ventaja de que funcionaba sobre ordenadores compatibles con el diseño de IBM. Luego vendría Windows.

Cuando Torvalds escribe que está trabajando sobre un sistema operativo libre (free) se está apuntando a un movimiento lanzado en 1983 por Richard Stallman conocido como Proyecto GNU. La idea era que el software debía ser abierto y gratuito (licencia GPL). Esta licencia permite usar el programa sin restricciones, redistribuirlo sin limitaciones, modificarlo y distribuir las modificaciones. Con Microsoft o cualquier programa bajo licencia propietaria, los clientes adquieren la licencia al usar un programa, pero tienen vetado escudriñar su panza, la arquitectura de su código, y, obviamente, su redistribución. Linux sigue bajo la licencia GPL con que nació.

No obstante, sí se pueden añadir ejecutables propietarios, con código cerrado, que no supongan cambiar Linux, sino trabajar sobre él. Es decir, cuando una empresa como Oracle ofrece sus productos que trabajan sobre Linux, Oracle sigue siendo propietaria de estos productos porque no alteran Linux, sino que lo usan de plataforma.

En 1995 se fundan compañías, como Red Hat, que comercian con Linux. La pregunta irremediable es: ¿cómo alguien piensa hacer negocio con un programa con licencia gratuita? Estas empresas pueden comercializar la edición del programa en un CD con manual de instrucciones o la instalación y mantenimiento del mismo a un cliente. Red Hat, por ejemplo, obtiene ingresos también con cursos de Linux que certifican al alumno como conocedor del sistema. Cada vez más empresas desarrollan sobre Linux ejecutables de los que son propietarios.

Ahora, Linux es una palabra que preocupa a Microsoft porque gana adeptos más allá de comunidades ilustradas. Sus mejores propagandistas son las corporaciones que lo adoptan y las empresas informáticas que lo ofertan. Tras abrirse a Linux el mundo empresarial, ahora empieza su penetración en el mundo doméstico, temeroso de su esoterismo. Un obstáculo era su fama de antipático en el manejo. ¿Un juguete para chicos listos? Linux inicialmente obligaba a dar órdenes escritas a la máquina. Posteriormente aparecieron interfaces más convivenciales para usuarios acostumbrados a la rutina de las ventanas (windows).

Otro factor que ayuda a esta popularización son las políticas de algunas administraciones en favor del software libre. Desde Brasil a Alemania, pasando por el Gobierno extremeño o el PP valenciano, se han pronunciado en favor del software libre. Argumentos: las administraciones no tienen por qué pagar para conseguir algo que es gratuito y no es lógico usar una herramienta tan crítica cuyo secreto está en otras manos. Microsoft, que había desdeñado la emergencia de Linux, reacciona. En un informe a la autoridad bursátil norteamericana de diciembre de 2002, la propia compañía escribe: la popularización del movimiento del código abierto supone "una significativa amenaza al modelo de negocio de la compañía, incluyendo los esfuerzos de sus defensores para convencer a los gobiernos que opten por el código abierto". Microsoft advierte que si esta opción gana adeptos, "las ventas de la compañía pueden bajar, tendrá que reducir los precios que carga sobre sus productos y los ingresos y márgenes pueden declinar".

Microsoft ha replicado con su política de código compartido por la que, a las agencias de seguridad de determinados países y tras suscribir un acuerdo bilateral, les abre el código de Windows. Microsoft predica que los gobiernos han de ser neutrales frente al dilema de licencia propietaria o libre y tomar sus decisiones sólo en función del rendimiento de los programas.

Microsoft se apoya en una consultoría externa para argumentar que Linux es gratis, de entrada, pero resulta más caro a la larga por costes de mantenimiento e ineficiencias. Lo cierto es que aquella inocente diversión de un estudiante preocupa a una compañía que ha instalado Windows en el 95% de los PC.

Linus Torvalds, creador del programa Linux.
Linus Torvalds, creador del programa Linux.AP

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