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El 'vago' de Sho entra en la universidad

La Universidad de Chicago, vinculada a más de 70 premios Nobel, acaba de rectificar y admitir en su facultad de Medicina a Sho Yano, un prodigio de 12 años al que rechazó en 2000 por estimar que el niño estaría mejor en un colegio que en la universidad. La Universidad de Loyola le admitió entonces y en tres cursos Sho ha concluido con summa cum laude estudios que llevan normalmente cuatro años. Es un singular caso de precocidad que ha vencido las prevenciones de Chicago en vista de los resultados del experimento en Loyola y de la madurez mostrada por Sho, que reflexiona como un adulto plenamente formado, según sus profesores. En el proceso de admisión intervinieron el triple de profesores que lo hacen normalmente, rendidos ante la ponderación del niño, que estudiará becado otros cuatro cursos de formación médica básica, dos de internista y dos como oncólogo, la especialización que desea. "Tenemos que considerar que tiene doce años y ha terminado los cuatro años iniciales de universidad", ha declarado al Chicago Tribune Michelle LeBeau, directora del programa de biología cancerosa en que se piensa enrolar Sho. "Está preparado para seguir con su educación y no tiene sentido dejarle en casa. ¿Qué esperamos que haga?". El niño está de acuerdo. "Sólo quiero aprender a mi ritmo", dice. "No sé por qué me tienen que frenar". Al igual que Loyola, tuvo que hacer algunas modificaciones para que Sho estudiara con ellos -entre otras, ponerle banquetas más altas para que llegara a los microscopios-, Chicago le va a cambiar el orden de los estudios y hasta que tenga 17 o 18 años no le va a poner en contacto con pacientes, que desconfiarían de ver a un niño entre los médicos. Sho Yano -con un cociente intelectual que supera el tope de 200 y que a los cuatro años tocaba Mozart y componía- dice que "la gente se cree que estoy todo el tiempo estudiando". Y no. "Duermo entre 9 y 10 horas y a veces mi hermana y mi madre dicen que soy un poco vago". Aunque lo niegue, estudia mucho y en su cuarto en vez de posters de deportistas o músicos hay recortes de prensa sobre genética. Los ratos de ocio los dedica al piano. La Universidad de Chicago, que ha tenido en sus aulas a 11 Nobel de Fisiología o Medicina, quizá algún día sume a Sho Yano a la lista. Y detrás viene su hermana, Sayuri, que con 6 años lleva el mismo camino.

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