Dansa València afronta la recta final del festival
Con una más que apreciable asistencia de público en sus diversos escenarios, el festival Dansa València afronta su recta final con una programación bien dosificada. La sesión de ayer se inició en Espai Moma con Tócame con tus ojos, por La Sonrisa de Caín, una coreografía de Cristina Andreu con texto de Jaume Policarpo, para seguir con la actuación de los barceloneses de Thomas Noone Dance y concluir con la valenciana Cienfuegos U6-DT con A la mesa, una invitación a la reflexión con el interlocutor.
Como no podía ser de otra manera, dadas las corrientes dancísticas que corren y la pertinencia más o menos histórica, esta edición de Dansa València está otorgando una atención inusitada en otros años no sólo a la presencia de mujeres en los créditos creativos de las coreografías presentadas, sino también, lo que viene a ser más importante, a la mirada femenina como pretexto o punto de arranque de muchas de las coreografías que acoge. Sin caer en simplificaciones apresuradas, es muy posible que en el censo actual de intérpretes y creadores coréuticos de danza contemporánea sea mayoritaria, acaso de manera abrumadora, la presencia femenina, lo que podría aportar alguna pista sobre los cambios, indudables, que se están produciendo en el terreno de la danza de las últimas generaciones.
Hipótesis comprobables aparte, la sesión de hoy de Dansa València arranca por la mañana en el Palau de la Música, con una nueva actuación de la compañía Pampols, de Valencia, y su Tres en rayas, destinada al público más joven. La jornada continúa a mediodía, en la Sala Moratín, con Se o no se, por La Permanente, de Sevilla, compañía de teatro-danza fundada por Paloma Díaz y Chique Carabante, que hace un montaje sobre sentimientos universales como la valentía y su contrario, el temor a la soledad y a las pérdidas, las decepciones y la relatividad de la existencia, todo en dos solos dialogados por Charo Sánches y Paloma Díaz.
Por la tarde, El Teatro Rialto acoge Tres tristes stripteases, espectáculo de la compañía vasca Damián Muñoz Danza, en colaboración con Jordi Cortés, uno de los representantes más destacados de la danza y la coreografía de creación contemporánea, donde se baila esa tristeza que acontece cuando alguien se dirige a sus adentros y descubre que, a veces, también lo triste resulta bello, lo que no deja de ser una apreciación bastante femenina. Ya entrada la noche, el Teatro Principal ofrece la actuación de IT Dansa, Jove Companyia del Institut del Teatre de la Diputació de Barcelona, en la que una veintena de intérpretes de muy diversa procedencia, bajo la dirección artística de Catherine Allard, baila coreografías de Carlos Iturrioz (Insert Incert), Nacho Duato (Cor perdut), Jiri Kylián (Un Ballo) y Fièvre, de Jo Stromgren, en el empeño de esta joven compañía por incrementar las cualidades creativas de los bailarines jóvenes y, a ser posible, también su generosidad estética. Que no es empeño menor.
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