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Reportaje:

Darwin, evolución en familia

El tataranieto del sabio halla en la vida privada de éste la clave de sus teorías

Jacinto Antón

Fue una cita excepcional: Copito de Nieve, el único gorila albino del mundo, y el tataranieto de Charles Darwin se encontraron cara a cara. Bien, de hecho no estaban cara a cara, porque mientras Randal Keynes, descendiente del ilustre autor de El origen de las especies (y también pariente del no menos célebre economista John Maynard Keynes, como evidencia su apellido), se mantenía bastante erguido, el blanco primate se revolcaba por el suelo, se sacaba mocos y los amasaba cuidadosamente. Ajeno a la trascendencia del momento, Randal Keynes no pareció en absoluto ofendido ante la actitud displicente del antropoide. "Qué animal más interesante", dijo. "A Darwin le hubiera fascinado".

"Al morir su hija Annie a los 10 años, descubrió la cruel indiferencia de la naturaleza"

Keynes (Cambridge, 1948) ha estado en Barcelona recientemente con motivo de una reunión en la ciudad de la Asociación de los Amigos de las Galápagos, las islas que Darwin visitó en 1835 y que tanta importancia tuvieron en su teoría de la evolución. El tataranieto del científico tiene a punto de publicar en España su emotivo libro La caja de Annie (Debate), una obra sobre la vida familiar de Darwin y concretamente sobre la trascendencia que tuvo para su pensamiento científico la dramática muerte de su amadísima hija Annie a los 10 años, en 1851, a causa de lo que parece haber sido una tuberculosis.

Durante su estancia en Barcelona, Keynes visitó el zoológico y pasó un buen rato en el recinto de los grandes monos, que tanto interesaron a su ancestro. Consideró que ante el gorila blanco, su tatarabuelo "habría reflexionado sin duda sobre lo difícil de su supervivencia en libertad".

Randal Keynes, que es funcionario gubernamental ("con mis antecedentes no podía ser biólogo ni economista", bromeó), guarda parecido con los retratos de Darwin. "Me lo han dicho. Estoy orgulloso de ello", dijo al respecto y señaló: "También luzco esta verruga junto al lado derecho de la nariz, vea, que él también tenía".

La idea de fondo de La caja de Annie, que se titula así por el viejo estuche de escritura de la niña, que Keynes encontró en un baúl lleno de objetos de la familia, es que la vida y la ciencia de Darwin eran dos caras de la misma moneda, que nunca mantuvo separados su pensamiento acerca del mundo natural de sus sentimientos. "Annie, a la que adoraba, tuvo una gran influencia en las teorías de mi tatarabuelo. Darwin vio lo cerca que estamos de los primates al comparar el comportamiento de la niña con el de los grandes simios. Descubrió, por ejemplo, que los niños muy pequeños no reconocen su imagen en el espejo, pero los monos sí. Luego, cuando Annie murió, Darwin, destrozado, hizo otro descubrimiento: que no podía compartir la creencia general de que el mundo había sido creado por un Dios amable. No encontró sentido en el dolor, en la muerte de una niña de aquella manera penosa. Escribió un texto de remembranza de Annie, como era costumbre en la época victoriana, pero de un tono muy diferente a lo habitual: desgarrador, no las clásicas fórmulas de autoconsuelo".

Para Keynes, detrás de las teorías de Darwin hay, pues, mucha emoción humana. "Fue una sorpresa descubrirlo; al empezar el libro pensaba que me limitaría a mostrar cómo una gran figura de la ciencia había tenido una intensa vida familiar, pero fue mucho más que eso. Obtenía todas sus ideas, como la de la indiferencia de la naturaleza ante el sufrimiento, de su experiencia".

Keynes pareció ensimismarse en el dolor de su antepasado. Le rescató la zambullida de un león marino en un tanque próximo. Darwin fue un gran viajero. "Sí, al principio. Luego le encantaba explicar a los niños sus aventuras, sus viajes a la Tierra del Fuego y a las Galápagos". A propósito de las islas, Keynes dijo que el vertido del petrolero Jessica en 2001 ha provocado muchos efectos a largo plazo que sólo ahora se están detectando. "Por ejemplo, la población de iguanas de algunas islas se ha reducido un 25%". Keynes está al corriente del desastre del Prestige. ¿Qué hubiera pensado Darwin? "Le horrorizaría el daño que el hombre causa en la vida salvaje". El tataranieto dice que hay mucho material familiar de Darwin al que no se le había concedido importancia y que ahora empieza a estudiarse. Entre los objetos que él conserva de su antepasado figuran una copia manuscrita de El origen del hombre y el gran pañuelo blanco en el que Darwin envolvía, como en un sudario, su microscopio.

Randal Keynes visita a <i>Copito de Nieve </i>en Barcelona.
Randal Keynes visita a Copito de Nieve en Barcelona.MARCEL.LÍ SÁENZ

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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