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Reportaje:

El PP espera la "reacción" de su electorado tras la guerra

El partido que preside Teófila Martínez persigue mayorías absolutas en las capitales para evitar acuerdos poselectorales

Luis Barbero

El éxito o el fracaso del PP en las elecciones municipales del próximo 25 de mayo tienen un claro medidor: el resultado en las capitales de provincia. Los populares ganaron en las ocho capitales en los dos anteriores comicios locales (1995 y 1999) y su reto es reeditar esta victoria, con lo que mitigarían los efectos del descenso electoral que auguran las últimas encuestas conocidas.

Tras las dificultades que ha atravesado en los dos últimos meses por la guerra contra Irak, el PP empieza a ver el panorama con algo más de optimismo y confía en una "reacción" de su electorado, en forma de movilización, para revalidar su victoria en las capitales. Otra cosa será gobernar: ahí, el PP es consciente de sus problemas para sellar pactos poselectorales.

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La guerra de Irak coincidió con el proceso de elaboración de las listas electorales, un momento que genera fuertes tensiones internas. La marcha de una decena de concejales y de varias decenas de militantes con el argumento de su oposición a la guerra puso en aprietos a la dirección regional del PP, que siempre defendió que estas bajas no se producían como consecuencia del conflicto bélico sino por los ajustes de las candidaturas. El PP sólo considera al ex ministro Manuel Pimentel como baja de guerra, aunque ha subrayado que el distanciamiento de éste de las tesis populares venía fraguándose desde hacía tres años y que sólo faltaba poner la fecha para su marcha.

Pasados estos momentos, el PP confía en que los efectos de la guerra no sean determinantes en el voto a los alcaldes y en que su electorado se movilice. En este sentido, el secretario general del PP, Antonio Sanz, subraya que, en los momentos más difíciles por la guerra, los actos que convocaba su partido estaban llenos como nunca. "Ha habido un sentimiento de cohesión interna del electorado del PP por todas las críticas que estábamos recibiendo", afirma Sanz.

Es más, el dirigente popular se muestra convencido de que todo lo acontecido durante la guerra puede volverse en contra de los socialistas. "Al PSOE se le ha agotado el programa de gobierno con el fin de la guerra. Va a pagar un alto precio por abandonar la izquierda moderada y representar una izquierda radical", opina.

El dirigente popular asegura que, pese a la guerra, su partido ha continuado con el plan trazado y que los plazos se han respetado al milímetro. "Teníamos dos retos. El primero, presentar candidaturas en los 770 municipios de Andalucía y hacer una mejora cualitativa de las listas, y lo hemos conseguido. El segundo, distinguirnos de los demás partidos con la presentación de los programas y también lo hemos hecho", dice el secretario regional del PP, en referencia a la presentación del Manifiesto por la segunda descentralización y de los programas marco de los ayuntamientos y las diputaciones provinciales. En los próximos días, el PP también hará público un programa específico para los municipios rurales, uno de sus principales puntos débiles en Andalucía.

De cara a las elecciones, los candidatos populares polarizarán la campaña como una batalla entre PSOE y PP y proclamarán la idea de que votar a IU o PA es lo mismo que votar a los socialistas. Ésta es una constante en el discurso del PP desde 1999, cuando perdió cuatro capitales (Sevilla, Córdoba, Almería y Granada) en virtud de los pactos poselectorales. "El electorado debe saber que sólo hay dos opciones: el Partido Popular o los pactos antiPP", dice Sanz.

De ahí, que los candidatos populares sean conscientes de que tienen que lograr "la mayoría absoluta", dice Sanz, para garantizarse la alcaldía. Y es que el PP conoce su escasa capacidad de maniobra para hacer alianzas poselectorales, aunque en algunos casos se hable, como en Sevilla, de la posibilidad de retomar un pacto PP-PA, opción que se ve casi imposible en las filas populares.

Otro de los puntos en los que el PP incidirá hasta las próximas elecciones será en la necesidad de que se produzca lo que ha venido a denominar "segunda descentralización", es decir, el proceso de transferencia de competencias de las autonomías a los ayuntamientos. "La Junta debe ceder competencias a los ayuntamientos porque se está haciendo un fraude al municipalismo", apunta Antonio Sanz.

Los populares aún no han decidido si durante la campaña también reclamarán a la Junta el traspaso de las políticas activas de empleo, transferidas por el Gobierno central al autonómico hace apenas dos semanas. Durante la larga negociación entre el Gobierno y la Junta para el traspaso de esta competencia, que ha llegado a Andalucía con siete años de retraso, el PP ha manifestado en varias ocasiones su intención de exigir que esta materia sea transferida posteriormente a los municipios.

El PP sostiene que tiene garantizadas las alcaldías de Cádiz (Teófila Martínez), Málaga (Francisco de la Torre) y Huelva (Pedro Rodríguez), donde hoy tiene amplias mayorías absolutas que espera conservar con una mínima erosión.

Fuentes de la dirección regional añaden que sus encuestas señalan que el PP también ganará en Jaén, Almería y Granada, pero que sus candidatos no tienen garantizado el gobierno municipal si no tienen mayoría absoluta. En Jaén, al actual alcalde del PP, Miguel Sánchez de Alcázar, está "al borde" de lograrla, según estas fuentes.

En el caso de Almería, los populares pueden sufrir una merma de votos como consecuencia de la lista independiente que presentará su anterior candidato y ex alcalde, Juan Megino, quien se marchó del PP tras ser descabalgado como cabeza de cartel. No obstante, un dirigente regional afirma con optimismo: "Megino se ha desfondado".

En Sevilla, el PP confía en que su candidato, Jaime Raynaud, pueda derrotar, aunque sea por poco, al actual alcalde, el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, que cuenta con el viento de cola de las encuestas, la última de la patronal sevillana, y mira de reojo a la actitud del Partido Andalucista, que, una vez más, tendrá la llave del gobierno municipal.

El hecho de que el PA sea socio de coalición del PSOE en el Ejecutivo autonómico es un elemento que el PP maneja con pesimismo para posibles pactos poselectorales, pese a que la relación de socialistas y andalucistas en el Ayuntamiento de Sevilla en los últimos cuatro años ha sido algo más que tormentosa.

La única plaza que el PP cree que está cerca de perder es Córdoba, donde la alcaldesa Rosa Aguilar puede imponerse a la lista de Rafael Merino, regidor de la ciudad entre 1995 y 1999. "La valoración de Rosa Aguilar está por las nubes. El crecimiento es algo personal, de ella, no de IU", afirma un dirigente del PP.

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Sobre la firma

Luis Barbero
Es subdirector de Actualidad de EL PAÍS, donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Ha sido delegado en Andalucía, corresponsal en Miami, redactor jefe de Edición y ha tenido puestos de responsabilidad en distintas secciones del periódico.

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