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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Muerte sobre Irak

Todas las guerras son terribles, pero ésta de la invasión y masacre de Irak sobrepasa todo lo imaginable en falsedad, hipocresía, ruindad, intereses económicos y pisoteo de las leyes internacionales.

Nunca como hasta ahora queda más evidente el hecho de que todas las víctimas de las guerras son inocentes y los culpables jamás pisan el "campo de batalla".

Nunca como hasta ahora queda más evidente el pecado del invadido y los intereses del invasor (transcribo unos párrafos del informe "Las verdaderas razones para la próxima guerra contra Irak" de W. Clark: "Sadam selló su suerte cuando decidió adoptar el euro a fines de 2000 (y más tarde convirtió su fondo de reserva de 10.000 millones de dólares en la ONU, en euros). En ese momento, una nueva guerra del Golfo prefabricada se hizo inevitable bajo Bush II". "Además del motor central de la amenaza monetaria del euro contra el dólar, el otro tema relacionado con la próxima guerra contra Irak parece estar relacionado con la región del mar Caspio. Desde mediados de los años noventa, la región del mar Caspio de Asia Central fue considerada una gran reserva, con unos 200.000 millones de barriles de petróleo no explotado. (Comparable con las reservas de Arabia Saudí)".

Nunca como hasta ahora se ha atacado y asesinado a la prensa (entre ellos, dos españoles) para dejar en el lugar a los afines del imperio para que den la versión imperial. Nunca como hasta ahora el invasor se ha permitido de antemano bautizar las masacres con nombres terroríficos ("conmoción y pavor", es decir, terror) y, además, manifestar que esas son sus intenciones.

Con las leyes y la conciencia sobran razones para acusar a Bush, Blair y Aznar de terroristas. Bush y Blair ejecutores directos (aunque los botones los pulsen los soldados) y Aznar como colaborador y cómplice. Los ejecutores, está claro, que han vendido su alma por los intereses económicos y estratégicos; sin embargo, lo de Aznar es algo que está fuera de toda lógica humana o demoníaca.

Espero que, ante tanta lágrima y sangre derramada, hasta el petróleo se tiña de rojo, que nadie olvide esto. Que ni los meses ni los años lo hagan olvidar en las elecciones. ¡Es demasiado crimen!

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