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Los hijos del abogado acusado de estafar a una cliente dicen que renunciaron a la herencia

Una tetrapléjica reclama a la familia del letrado los 900.000 euros de su indemnización

"Las herencias sacan lo peor de cada casa. Renunciad a ella". Ésta es la tesis que el abogado Luis Alberto Pinillos inculcó a sus ocho hijos antes de morir en 1996. Y, según ellos, todos le hicieron caso. Cinco de ellos, cuatro con la carrera de abogado, explicaron ayer a la juez que su padre nunca les habló de Bernadetta Lewandovska, la tetrapléjica que denunció a la familia por haberse quedado presuntamente con la indemnización de 900.000 euros que le correspondía por un accidente de tráfico. Uno de los hijos era el albacea de Bernadetta, pero dijo ayer que no lo sabía.

Los cinco hijos del abogado ya fallecido Luis Alberto Pinillos repitieron ayer varias veces la misma frase: "Mi padre era muy reservado y nunca nos contó nada, ni de deudas ni de los negocios que llevaba".

A los cinco, cuatro de ellos abogados, se les acusa de ocultar el dinero de una indemnización que debía cobrar Bernadetta Lewandovska, una inmigrante polaca que en 1992 sufrió un accidente de tráfico que la dejó tetrapléjica y en la más completa ruina. Se vio forzada, incluso, a dar a dos de sus tres hijos en acogida porque carecía de medios para mantenerlos.

Tras el accidente de Bernadetta, el abogado Pinillos se encargó de la gestión de la indemnización del seguro. Cuando éste murió, la mujer dejó de cobrar las mensualidades de 2.400 euros que el abogado le giraba. El resto del dinero que le correspondía a la mujer desapareció.

"Fue precioso"

Ayer todos los hijos negaron haber conocido alguna vez a la denunciante. "La primera vez que vi a Bernadetta fue en televisión", aseguró ayer Ana María Pinillos. "Fue precioso", dijo en tono irónico.

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Todos los hermanos coincidieron en su declaración. Ninguno de ellos conocía, insistieron, los asuntos de su padre, ni el entramado de empresas que éste creó para ocultar supuestamente el dinero.

Tanto el fiscal como la acusación particular les preguntaron una y otra vez por estas entidades de las que la familia formaba parte. Los hijos respondieron que no tenían "ni idea de su existencia" y que tampoco sabían que fueran accionistas de algunas de esas empresas que el cabeza de familia creó. Los acusados insistieron en que nunca tuvieron ningún interés en ese tipo de posesiones y que llegaron a firmar documentos sin saber de qué trataban.

Luis Manuel Pinillos, el mayor de los herederos, relató que la única sociedad de su padre de la que tenía conocimiento era el Estudio Jurídico Pinillos y Lorenzana, que fue creado para fundar un despacho familiar en el que todos los hijos pudieran trabajar. Aunque Luis Manuel estudia ingeniería de Caminos, es administrador de esta empresa. "Yo sólo me encargo de ver si todo el mundo cobra puntualmente su salario", adujo.

Otro de los puntos en los que los cinco hijos coincidieron fue la herencia de su padre, Luis Alberto Pinillos, a la que renunciaron por orden del abogado. "Nos decía que las herencias traen lo peor de cada casa, y que cada uno tenía que ganarse lo suyo". Sin embargo, todos cobraron el dinero del seguro de defunción tras la muerte del padre, según admitieron ante la juez.

Uno de los hijos relató cómo se quedó "muy sorprendido" cuando se enteró en la primera sesión del juicio que había sido nombrado por su padre albacea de Bernadetta Lewandovska, aunque nunca hubiese hablado con ella.

Otro de los hijos, Francisco Javier, comentó que tampoco sabía que su familia tuviese un palacio en Segovia. "Me enteré de eso cuando se inició el procedimiento", aseguró.

Un palacio sin dueño

El abogado de la acusación, José Miguel Ayllón, preguntó entonces a Francisco Javier si se interesó por el palacio que acababa de descubrir como de su propiedad y si había preguntado a alguno de los miembros de su familia por el edificio. El acusado respondió que no quiso saber nada: "Ni de ese tema, ni del dinero que eso me pudiese proporcinar".

Los hijos del abogado, acompañados de su madre, también imputada, se rieron en varios momentos de la vista, ante la insistencia de las preguntas y lo repetitivo de las respuestas. Uno de esos momentos fue cuando una de las hijas respondió por enésima vez al abogado de la acusación particular que no sabía si en su casa había cuadros de valor. "A mí me gustan el cine y la música. De arte no tengo ni idea, así que no le puedo decir si los cuadros que tenía mi padre eran caros o baratos".

Está previsto que hoy terminen de declarar todos los imputados en el caso. El fiscal pide penas de entre 5 a 10 años de cárcel para los imputados en el caso. Hoy, también, Bernadetta Lewandoska dará su versión al juez sobre lo que ocurrió con los 900.000 euros que le correspondieron tras el accidente de tráfico y que no llegó a ver.

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