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Crónica:FÚTBOL | Liga de Campeones, vuelta de los cuartos de final
Crónica
Texto informativo con interpretación

Inzaghi remata la faena italiana

El Milan, tercer representante del 'calcio' en semifinales, tras superar de forma agónica al Ajax

José Sámano

Con la lengua fuera y en el último suspiro, como sus vecinos del Inter y el Juventus, el Milan cerró el cupo italiano en las semifinales de la Liga de Campeones.

Una gesta del viejo calcio, al que los resultados europeos de este curso le llevarán de nuevo a cargarse de razones. A divulgar su rancio mensaje de que lo único que debe brillar en este deporte es el marcador. Un discurso que parecía periclitado por este Milan, que arrancó la temporada con aires brasileños, pero que finalmente se ha dejado arrastrar por la marea local. Y, sin duda, con éxito. Eso sí, ahora tendrá que probar su propia medicina ante el Inter, con lo que la semifinal no saldrá del viejo San Siro, de la única ciudad con dos campeones de Europa.

MILAN 3 - AJAX 2

Milan: Dida; Simic (Tomasson, m. 84), Nesta, Maldini, Costacurta; Brocchi, Ambrosini, Kaladze (Rivaldo, m. 80); Rui Costa (Redondo, m. 86); Shevchenko e Inzaghi.

Ajax: Lobont; Trabelsi, Pasanen, Chivu, Van Damme (Litmanen, m. 45); Yakubu, O'Brien; Pienaar (De Jong, m. 85), Sneijder, Van der Meyde (Bergdolmo, m. 89); e Ibrahimovic.

Goles: 1-0. M. 30. Centro de Shevchenko que rebota en Chivu e Inzaghi cabecea. 1-1. M. 63. Gran pase de O'Brien a Van der Meyde, que centra y Litmanen empuja el balón. M. 65. Magnífica jugada de Inzaghi, que cabecea Shevchenko. M. 78. Centro de Van der Meyde, cabecea Ibrahimovic y marca Pienaar. M. 90. Tomasson empuja una gran vaselina de Inzaghi.

Árbitro: Mejuto González (España). Amonestó a Ambrosini y Costacurta.

Sin disimulo alguno pese la nómina de futbolistas que maneja, Ancelotti, el técnico milanista, volvió a empapelar a su equipo con papel de lija. Tanto talonario para jugarse las lentejas con los sudorosos Brochi y Ambrosini en la sala de máquinas, acompañados de un central-lateral reciclado a interior como Kaladze. Cosas del calcio. Aunque la pura realidad es que a última hora, Ancelotti tuvo que echar el lazo a Redondo, Rivaldo y Tomasson, carne de banquillo hasta el final. Y, principalmente, se enganchó a Inzaghi, uno de esos depredadores que cuando tienen chispa resultan mortíferos. Sobre todo ante rivales tan livianos como el Ajax, al que no le alcanzó su juego sincopado.

Ronald Koeman y Ruud Krol han armado un mecano con tunecinos, rumanos, estadounidenses,surafricanos, suecos, australianos, checos y otras cuantas nacionalidades cuyo resultado es un equipo atractivo, que adora el fútbol en su versión más pulcra, pero al que le falta plomo en las zonas calientes del juego: las áreas. Esta nueva generación ajacied está repleta de buenos jugadores, muchos de los cuales tendrán carrera, caso de Van der Meyde, Chivu, Pienaar o Ibrahimovic. Todos están licenciados en la fabulosa escuela holandesa, aunque ninguno es cum laude. Y cuando la cosa se pone seria, como en unos cuartos de final de la Liga de Campeones frente a un equipo tan curtido e indigesto como el Milan, el Ajax resulta demasiado blando. Sólo así se explica que regalara el agónico tanto de Tomasson en la prolongación. Tras un pelotazo a la hoguera de un defensor milanista, Chivu resbaló, Lobont salió mal e Inzaghi, con la caña, puso la pelota camino de la red, aunque el último empujón se lo diera su compañero danés.

Antes del toque de corneta final, el Milan pasó un trago horroroso por su empecinamiento en correr, saltar y chocar antes que dedicarse a cualquier otra cosa. Hasta que apareció Inzaghi por primera vez y desatascó a su equipo cuando el Ajax mejor manejaba el asalto. Con los milanistas bien tapados, más dispuestos a sudar que a otra cosa, un centro rebotado de Shevchenko fue cazado por Inzaghi. Su décimo gol en once partidos de Liga de Campeones apuntaló la apuesta de Ancelotti. Ya se sabe que con un gol en la mochila los italianos se sienten faraones. Así, el Milan dio otro pasito atrás y se limitó a buscar las cosquillas a su enemigo. También el Ajax siguió a lo suyo, es decir, con los extremos bien abiertos, la pelota en el pasto y toda la tropa abanicándola con la mayor delicadeza posible. Con tanto mimo como trataron sus defensas a Inzaghi y Shevchenko, que se ganaron muy bien la vida, pese a jugar aislados en el ataque.

En busca de mayor pegada, Koeman envidó con Litmanen de salida en el segundo periodo. Con el finlandés en el campo, el Ajax atrapó definitivamente la pelota y ganó en llegada. Pero al gol del ex azulgrana reaccionó de inmediato Inzaghi con un jugadón que selló Shevchenko. Otra vez al Milan le dio por especular, hasta que Pienaar le puso al borde del precipicio. Del remedio final también se encargó Inzaghi. Y, cómo no, por la vía italiana, por las bravas y con el reloj a punto de pararse. Así es el calcio, de nuevo hegemónico pese a resultar empachoso.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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