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Entrevista:CRISTINA GARAIZABAL | Psicóloga

"La prostitución debe reconocerse como un trabajo"

Cristina Garaizabal (Tudela, 1955), psicóloga, feminista y cofundadora de Hetaira, un colectivo en defensa de los derechos de las prostitutas, reclama que se reconozca legalmente la actividad de estas mujeres como un trabajo. Recientemente, invitada por SOS Racismo, dio una conferencia en San Sebastián sobre Prostitución, inmigración y derechos.

Pregunta. ¿Cómo cree que debería regularse la prostitución?

Respuesta. Los códigos comerciales deberían recoger la prostitución como un trabajo y reconocer legalmente los derechos que tienen las personas que trabajan en ella.

P. ¿La regulación paliaría la existencia de mafias?

R. Creo que sí, aunque todo depende de cómo se haga. Cuando el Gobierno habla de regulación, la plantea en términos de control de zonas, es decir, fundamentalmente, como un problema de orden público. Por tanto, plantea regular la prostitución en el Código Penal, criminalizando la actividad de calle y fijando que sólo se puede ejercer en determinados lugares cerrados. Estoy en contra de ese tipo de regulación.

P. Pero el reconocimiento de la prostitución como un trabajo ayudaría

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R. Eso sí permitiría la lucha contra la sobreexplotación y las mafias. También es cierto que para luchar contra las redes que ayudan a gente a entrar ilegalmente en España sería necesario reformar la Ley de Extranjería.

P. Es un círculo.

R. Hay que diferenciar el tráfico de personas de la trata de mujeres. Con la actual Ley de Extranjería, el tráfico de personas está servido, tanto para trabajar en los campos de Almería como en la prostitución. Luego está la trata de mujeres con fines de prostitución; vienen engañadas y viven en condiciones de esclavitud.

P. ¿Qué problemas añadidos tienen las inmigrantes que ejercen la prostitución voluntariamente?

R. Sobre ellas recae una doble discriminación. Por un lado, como su trabajo no está reconocido, no pueden acceder a un permiso de residencia y se encuentran en situación de ilegalidad. Por otro, y unida a la actitud social de desprecio hacia las prostitutas, sufren también la xenofobia.

P. Es feminista. Sus planteamientos pueden resultar chocantes.

R. Es un debate muy fuerte dentro del feminismo. La corriente que defiende la abolición de la prostitución creo que no ha roto con la ideología patriarcal. Si la prostituta resulta atacante para la moral dominante no es porque aparezca como objeto sexual, sino porque representa a una mujer sexuada, que ofrece sexo y, además, pide dinero a cambio, es decir, tiene independencia económica. Y encima, en el caso de la prostitución de calle, ocupa el espacio público, que, aún hoy, es, en cierta medida, más privativo de los hombres.

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