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Reportaje:

Las estrellas miran a De la Fuente

El capitán, el gran referente de un Barcelona que necesita ganar hoy al Olimpia para jugar la final a cuatro de la Euroliga de baloncesto

Robert Álvarez

Bodiroga, Navarro, Dueñas, Jasikevicius, Fucka... En un equipo cargado de figuras como es el Barcelona, al que se da por seguro ganador antes de poner un pie en la cancha, es imprescindible un referente, alguien capaz de absorber la tremenda presión que se genera a su alrededor y de brindar al grupo todo aquello de lo que carece. En el club azulgrana, que hoy (20.30, Canal 33) se juega su pase a la final a cuatro -el 9 y el 15 de mayo en el barcelonés Palau de Sant Jordi- de la Euroliga de baloncesto ante el Olimpia de Liubliana, esloveno -ya están clasificados el Montepaschi de Siena y el Benetton de Treviso, italianos, que se eliminarán entre sí de acuerdo con el reglamento al ser de la misma nacionalidad, y el CSKA de Moscú-, ese papel lo ejerce Rodrigo de la Fuente.

"Tenemos calidad y armas suficientes para imponernos en los finales apretados"

No importa que desde hace tres cursos haya quedado fuera de la selección española ni que en algunas épocas no haya figurado en el quinteto inicial. El alero madrileño, de 26 años y capitán de un conjunto al que llegó la víspera del día de Reyes de 1998 procedente de la Universidad de Washington, se ha ganado a pulso ese protagonismo en un cuadro que quiere liquidar su asignatura pendiente: un título que ha perdido cinco veces en la final y tres en la semifinal.

Subyacen en las respuestas de un De la Fuente que sonríe de forma casi permanente una seguridad que no puede esconder detrás de las advertencias de rigor, pero que no quiere obviar: Una: "El mayor peligro es el ambiente porque parece que lo tenemos todo hecho". Dos: "El Olimpia tiene mucho mérito porque es un equipo sin demasiado nombre, pero que cuenta con una magnífica escuela de élite y un altísimo nivel a pesar de los jugadores que ha ido perdiendo a lo largo de estos últimos años". Lleva razón en cuanto al casi anonimato de gente como el esloveno Jurak, un pívot de 2,03 metros que obligó a Dueñas a salir mucho de la cueva para marcarle en el primer partido; el georgiano Boisa, el letón Stelmahers, el macedonio Ilievski o el croata Bazdaric.

Sin embargo, De la Fuente concluye siempre con apostillas optimistas. Por ejemplo, el recuerdo de la derrota en Liubliana (72-69) le sirve para poner de relieve: "Aquello nos dolió mucho. Fue un partido en el que llegamos a perder por 20 puntos y, cuando nos dimos cuenta, era ya muy tarde para remontar".

Para el Barcelona, ha sido algo usual esta temporada: remontar encuentros en los que, por la paliza que le estaban dando, ello parecía una misión imposible. Fue el caso de la semifinal de la Copa del Rey ante el Unicaja, que el Barça acabó adjudicándose, o el del choque en el Palau con el Olympiakos, griego, cuando estaba casi con un pie fuera de la Euroliga, pero se salvó gracias a un parcial de 14-2 en los cinco minutos postreros debido en gran medida a dos robos del balón por parte de De la Fuente.

La capacidad para resolver finales apretados es una de las virtudes que caracterizan al equipo que dirige Svetislav Pesic. "Tenemos una gran fe en las conclusiones muy igualadas", corrobora De la Fuente; "tenemos calidad y armas suficientes para ganarlas. Contamos con varios jugadores con mucha técnica y capacidad para decidir, para asumir esa responsabilidad".

Pero, a fuerza de repetir situaciones tan agónicas y después de lances en los que el juego tampoco ha sido nada del otro jueves, se agrandan las dudas respecto a si es tan invencible y fiable el Barça. De la Fuente admite que algunas veces no han logrado "romper el marcador" como parecían estar en disposición de hacer, pero, en cambio, apunta que su manejo en las terminaciones apretadas no es, en absoluto, gratuito. Se basa en unos mecanismos de juego muy trabajados y en una inteligencia táctica que, unida a la calidad de los jugadores, suele dar resultado.

Tampoco es gratuita la sobresaliente temporada de De la Fuente. Al capitán no se le caen los anillos por trabajar por su cuenta y riesgo durante el verano. Durante el último participó en las ligas de verano de la NBA y perfeccionó su tiro, además de mejorar aspectos en los que ya sobresalía, como el defensivo y el del rebote. Ello le ha servido para adquirir mayores recursos y una madurez que le sitúan de nuevo en la órbita de la selección. De la Fuente desea regresar a ella, pero antes tiene el extraordinario reto de clasificar a su equipo para la final a cuatro y ganar la primera Euroliga para los azulgrana y de hacer lo mismo en la Liga ACB. Conquista ya la Copa del Rey, se trataría de una triple corona histórica.

Una penetración de De la Fuente.
Una penetración de De la Fuente.EFE

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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