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FÚTBOL | El gran clásico

"Era como Zico"

Diego Torres

Makelele llegó a Madrid en el verano de 2000 para cumplir el anverso de su sueño: ser Sócrates. Después de una Liga, una Liga de Campeones, una Copa Intercontinental y una Supercopa, su fama está más relacionada con la capacidad para subir y bajar tapando vías de agua en el medio centro que con la elegancia técnica del histórico centrocampista brasileño. Makelele es el típico caso del futbolista que se reinventa para adaptarse. El esfuerzo le ha valido un lugar seguro en la selección de Francia.

"De pequeño, no me perdía lo que hacían Zico, Sócrates y hasta Garrincha cuando veía un vídeo o un documental", recuerda con nostalgia. "Los imitaba y yo mismo empecé jugando como delantero hasta los 16 años, en el Brest. Entonces, el entrenador me retrasó a la posición del 10 para hacer la diferencia. Me gustaba marcar goles y era más egoísta que ahora. Puede que haya sido el más hábil de mi equipo. Tenía facilidad para el desborde, el dribling y meter pases de gol. Como Zico".

Makelele siente que estaba preparado para ser un buen delantero: "Cuando me dieron el contrato profesional en el Nantes, tuve que jugar de extremo derecho. Así que tenía que desbordar obligatoriamente y meter balones de gol. Pero, poco a poco, me fueron retrasando para que sacara la pelota. [Raynald] Denoueix, el actual entrenador de la Real Sociedad, consideró que tenía calidad para eso y a mí no me gustaba estar en la banda porque pasaba mucho tiempo sin tocar el balón".

En la banda, según dice, era un extremo perfecto: "Era muy hábil. Tenía una capacidad impresionante en el uno contra uno. O me hacían falta o me iba. Mi padre, que había sido profesional, me decía que fuera un poco egoísta. Porque llegaba muchísimo y no marcaba. Hacía pases de gol y no remataba. Era una costumbre que tenía y que perdí. Y luego me perjudicó mucho. Perdí el reflejo de tirar. ¡Sólo quería marcar goles bonitos! Un regate y a la escuadra. La puntera la meten todos y a mí me gustaba el gol perfecto. Cuando eres joven, te gusta eso. Voleas, chilenas, controles con el pecho... Mi entrenador me decía: '¡Tira!'. Y yo me reía. Para mí, lo importante era desbordar y dar goles. Si marcaba un compañero, era feliz".

"De verdad, nunca imaginé que pudiera terminar de medio defensivo", concluye.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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