Inquisiciones

"El apoyo a la violencia y a cualquier otra vulneración de los derechos humanos representa, antes que nada, una forma de adhesión deshumanizada a la defensa de unas ideas, lo que da lugar al uso de medios crueles e injustos (...) Ante el debate de si la violencia de ETA es la consecuencia de un conflicto político o simplemente una de las más graves expresiones de intolerancia, afirmamos que la violencia de ETA es una de las mas graves expresiones de intolerancia que se alimenta, entre otras cosas, de un conflicto político sin resolver". "La violencia no es una consecuencia natural del problema político. Es, ante todo, una decisión consciente de personas y colectivos (...)". "La no violencia y el respeto a los derechos humanos son lo urgente y prioritario".

Estas frases estrecomilladas son citas textuales de la ponencia aprobada por el movimiento Elkarri en su reciente asamblea general; fijan, por tanto, la doctrina oficial de Elkarri. Excepto quienes ponen pluma y voz al servicio de un poder político excluyente, nadie puede pensar que estas frases sean elaboración de una organización que forme parte del entramado o entorno de ETA. Pues bien, el pasado 17 de marzo, en el debate que Telecinco suele realizar al mediodía, la periodista Isabel San Sebastián dijo que Elkarri formaba parte de ese entramado. Palabras que reiteró siete días después en el mismo medio de comunicación. Como colaborador de Elkarri, no puedo aceptar esas palabras. Si hacemos caso a estos nuevos inquisidores, debemos creer que en el famoso entorno de ETA entramos más de la mitad de la población del País Vasco. Si Isabel San Sebastián tuviera razón, ETA sería invencible. El repudio de la intolerancia y del sectarismo, el respeto que debo a todas las ideas (incluidas las de la señora San Sebatián) no me impide expresar mi rechazo a estos nuevos censores del pensamiento, que no dudan en recurrir conscientemente a la mentira para envenenar la convivencia entre personas, pueblos y sensibilidades diferentes.