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Crítica:LIBROS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

¿Un año de transición?

El Colegio de Economistas de Madrid ha acudido puntualmente a su cita anual con la sociedad para ofrecernos un primer balance de la economía española en el año 2002. A pesar de no ser un año de crisis en las economías industriales (globalmente el año anterior presentó un panorama más desolador), una serie de acontecimientos ha limitado la recuperación de la economía mundial y ha arrojado grandes sombras sobre las perspectivas económicas.

Los sucesivos escándalos sobre la gestión de las grandes empresas han causado un serio perjuicio a la credibilidad del mundo empresarial. Los ciudadanos de los países industriales se plantean numerosas dudas acerca de la honestidad de los directivos a los que han confiado la gestión de sus activos reales y financieros, de la idoneidad de los mecanismos mediante los cuales se les remunera, de la eficacia de los órganos supervisores y reguladores de la actividad empresarial y de las reglas, normas e instituciones que gobiernan el sistema capitalista. Tales dudas han tenido amplias repercusiones sobre la escena económica que van más allá de su impacto adverso sobre unas bolsas cuya evolución ha deteriorado sensiblemente la riqueza financiera de las familias y ha afectado negativamente a la capacidad de superación de las dificultades de nuestras economías.

España 2002. Un balance

Revista Economistas

Número 96

Colegio de Economistas de Madrid

ISSN 0212-4386

La economía española ha ralentizado significativamente el ritmo de crecimiento económico. Hay que destacar que es la primera vez en los últimos 50 años que la economía española se ha enfrentado mejor que las restantes a un ciclo internacional y europeo adverso, a pesar de que durante el año el Gobierno no ha adoptado ninguna política económica relevante, salvo la reforma de la fiscalidad, duramente atacada en este número extraordinario de Economistas por su desfavorable impacto sobre el ahorro. Algunas reformas ambiciosas, como la del mercado laboral, no tardó en abortarlas de manera ignominiosa.

Si el balance de la economía española ha sido relativamente favorable es debido a que sus agentes económicos privados han sabido desenvolverse con éxito en el marco de una Europa crecientemente integrada y se han podido aprovechar las ventajas de compartir una moneda única con otros 11 países de la Unión. La economía española se ha beneficiado de ello al menos por dos canales. Por un lado, la estabilidad macroeconómica ha permitido unos tipos de interés tan bajos que han facilitado la consecución de unos ritmos de crecimiento impensables en otros momentos históricos de similar contexto internacional. Por otro, la moneda única ha impulsado significativamente el comercio exterior de bienes y también de servicios. Pero lo más importante es que esos impulsos favorables a la expansión no han conducido, como fue habitual en épocas anteriores, a desequilibrios macroeconómicos que dificulten la continuidad del crecimiento. Por el contrario, al inicio de 2003 la economía española se encuentra en condiciones idóneas para aprovechar un eventual ciclo expansivo internacional.

Un aspecto crucial del ciclo económico iniciado a mediados de los noventa que ha auspiciado su prolongación es el elevado flujo migratorio que ha recibido nuestro país. El impacto de la inmigración en el mercado de trabajo ha afectado a la moderación salarial, contribuyendo a configurar una oferta productiva con un notable grado de flexibilidad.

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