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EL ENREDO
Columna
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Simpatía pa tu tía

José María Aznar no quiere

Una vez trazadas las líneas maestras de su política internacional, Aznar dice que la oposición española es "infantil"

que España sea "un país simpático". Se trata de su nueva aportación a la ciencia política. Cada semana nos deslumbra con un nuevo concepto geoestratégico, a cual más complejo y sofisticado. Hace unos días, la idea era que España fuera "un país de primera división", en contra de los países "que están en un rincón" y, por tanto, "no sirven". Ahora cierra su cuerpo doctrinal con la Teoría de los Países Antipáticos. Él, por cumplirla a rajatabla, la explica entre gruñidos. "Si mi país no es simpático, yo tampoco". Lógico: es un patriota. Y es tan serio, tan serio, que es capaz de decir tres veces sin reírse tururú pajarito, tururú pajarito, tururú pajarito, estamos en la guerra de Irak porque me sale del pito. A continuación, una vez trazadas las líneas maestras de su política internacional, Aznar dice que la oposición española es "infantil".

Teniendo en cuenta que considera también que la oposición es un peligro, enemiga de España, violenta, radical e irresponsable, deduzco que el cariño de Aznar hacia los niños es limitado. Hay quien cree, y al parecer es el caso del presidente, que la infancia es un periodo de la vida "simpático" pero "que no sirve", una etapa que hay que pasar, como el sarampión, para llegar a ser bombero, astronauta o soldado, que es lo "serio", antesala de lo "fúnebre". Él, de niño, quería ser presidente de Gobierno. Lo dejó escrito en su último año de colegio. A los niños se les pregunta mucho eso, qué quieren ser de mayores, como si ser niño no tuviera interés.

Imaginemos lo contrario. Imaginemos que nuestros políticos fueran niños a los que hubiera que enviar a casa por vacaciones, después de un trimestre tan agitado, con una breve nota que evaluara su comportamiento en el parvulario.

Del niño Aznar podría escribirse: "Está convencido de tener razón siempre y en todo, y eso le hace ser agresivo con sus compañeros, a los que con frecuencia pega y muerde. Debe corregir la tendencia a decir mentiras. Se ha quedado sin amiguitos. En su último año está echando a perder su trayectoria escolar". De Zapatero: "Intuitivo. Le gusta más jugar que estudiar. Nunca lleva la contraria a nadie. Su opinión coincide siempre con la mayoría. No sabríamos decir si no tiene personalidad o si su personalidad es ésa". Pujol: "Inconstante en sus afectos. Cambia tan a menudo de pandilla que sus compañeros no valoran su talento y le llaman El Andrés, porque creen que sólo le mueve el interés". Fraga: "Tras más de sesenta años en este colegio, sería bueno que lo dejara, aunque él insista en que Dios le da fuerzas. Se las da a él, pero no a los demás". Mayor Oreja: "Le gusta mucho Conocimiento del Medio y Unidad de España, pero debería estudiar alguna materia más". Llamazares: "Afán desmedido por llamar la atención". Arzalluz: "Sigue estancado, como hace cien años. A ver si el curso que viene pasa de siglo". Ruiz-Gallardón: "Todo lo que construye tiene que ser siempre lo más largo y gordo de Europa. Consultar con especialista". Maragall: "Tiende a ensimismarse. Parece que se aburre". Trillo: "Ideal futuro ministro de Defensa para país poco serio: es simpático y da mucha risa".

MATT

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