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Reportaje:

"No me arrepiento de lo que hice"

Roberto Carlos desafía a la FIFA tras su agresión al colegiado en el Portugal-Brasil

Diego Torres

Roberto Carlos siempre tiene una chanza en la manga. Siempre tiene una sonrisa y una mueca para quien quiera mirarle. Pero sobre todo, tiene un amor propio desbordante. Su ego, precisamente, le impidió ayer, en una conferencia de prensa, pedir disculpas públicamente, ni confesarse arrepentido de haber golpeado con el hombro al árbitro que lo expulsó en el amistoso que jugaron Portugal y Brasil el sábado pasado. El lateral dejó en manos de la comisión disciplinaria de la FIFA la decisión que, de ser una suspensión por tiempo, puede impedirle jugar los cuartos de final de Liga de Campeones que el Madrid debe disputar la semana que viene, contra el Manchester United. "No estoy arrepentido", zanjó ayer el jugador.

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"Por más que sea un partido amistoso había que ganar", explicó el brasileño; "había un nuevo seleccionador mirándonos y a veces te metes tanto dentro del partido que te pasas. Y el árbitro también se equivocó, como nosotros [los jugadores] nos pasamos. ¿Por qué pitó una falta en contra nuestra y dejó de pitar ocho o diez faltas en favor de Brasil? Pero por equivocarse no le vamos a faltar el respeto. Yo no he menospreciado a nadie, ni a un contrario ni a un árbitro, nunca. ¿Menosprecio de qué?".

El árbitro del Portugal-Brasil, el israelí Alon Yefet, que mañana dirigirá el España-Armenia, fue designado por su federación merced a una invitación de la FIFA, que no designa directamente a los colegiados para los encuentros amistosos. "Cuando arbitro no me importa quien está delante", afirmó ayer Yefet al diario Maariv, de Tel Aviv. "Los jugadores vieron a un árbitro joven y quisieron saber si era capaz de mantenerme firme ante sus presiones, pero yo ya estoy habituado a jugadores molestos. Cuando le expulsé, Roberto Carlos salió del campo sin quejarse, porque sabía por qué había sido expulsado. Sus compañeros me rodearon para confundirme, y Roberto Carlos ni se arrepintió ni me pidió perdón", afirma el colegiado en la entrevista.

Ayer, el jugador argumentó que no había pedido disculpas al colegiado porque no sabía inglés y porque no lo creyó necesario: "No me di cuenta de lo que había hecho. Me acerqué a Deco, que estaba en el suelo, y cuando me giré al árbitro me estaba mostrando la tarjeta roja. No sabía por qué me había expulsado y Amoroso me empujó hacia el vestuario. Además... No sabía qué decirle. No sé inglés y si le decía algo pensé que no me iba a entender. ¿Cómo se dice perdón en inglés? Si ya me había expulsado no había vuelta atrás. Después del partido estuve a punto de hablar con él, pero no valía la pena. Yo me arrepiento porque dejé a mi selección con diez, no por lo que le pude hacer al árbitro..." Roberto Carlos no termina la frase sin una broma: "El árbitro era más alto que yo y lo que le hice no era para tanto ¿no?".

El brasileño dijo estar perplejo en un discurso con toques de victimismo y comedia: "No he visto el acta y no sé si [el árbitro] ha dicho que hay agresión. No lo he pensado. No me parece tan grave. Lo he visto grabado y no me parece que sea un tema tan fuerte. No sé por qué se ha hablado tanto del tema. Necesito ayuda. La prensa no se ha portado bien conmigo esta vez. Nunca he sido agresivo con nadie y siempre he sido un chico bueno. Nunca me expulsaron jugando con la selección. ¡Mi trayectoria! [sonríe]. Pero llega un momento en que te enfadas y en ese momento... No fui yo solo. Había cuatro jugadores alrededor del árbitro, con tan mala suerte que yo fui hacia él, él vino contra mí y chocamos. Igual fue Rivaldo [risas]. He visto una foto en la que Rivaldo pone su mano en mi espalda".

El jugador especuló sobre la sanción que le pueden imponer: "Creo que, si hay sanción, sólo la debo cumplir con Brasil. Y si me sancionan, desde aquí le pido al seleccionador que me lleve a Brasil igual. Quiero estar cocentrado con mis compañeros, para no dejarlos solos".

Roberto Carlos salió de la sala de prensa para abrazarse con los periodistas que más aprecia y firmar autógrafos a un grupo de seguidores que le esperaban para darle apoyo. Entre bromas y risas, le puso el epílogo a su incidente: "¡Y todo esto por tocarlo! ¡Si le llego a dar una hostia me meten tres años!".

Roberto Carlos, cabizbajo, en un entrenamiento del Madrid.
Roberto Carlos, cabizbajo, en un entrenamiento del Madrid.DIARIO AS

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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