Otro Mundo es posible y Carlos Rojas

Respuesta de la Plataforma motrileña por la Paz Otro mundo es posible al señor Carlos Rojas: Nos sorprenden y molestan las declaraciones del señor Rojas hablando de actos vandálicos contra la sede de su partido; y queremos hacer las siguientes aclaraciones:

1. En la acción reivindicativa del sábado 22 de marzo no hubo ningún vandalismo: únicamente colocamos unos carteles de "No a la guerra" en la fachada y proximidades de la sede del Partido Popular, sin causar el más mínimo daño o desperfecto. Estaban presentes miembros de la Policía Local y de los medios de comunicación, que pueden corroborarlo. Cualquier otro tipo de actuación no sólo va en contra de la propia identidad de la plataforma, sino que desacreditaría su labor; que es lo que pretende hacer el señor Rojas. No se haga la víctima, ya que la única víctima clara en todo esto es la población iraquí.

2. Los actos estaban convocados por la Plataforma por la Paz Otro mundo es posible, que está formada por ciudadanos de Motril. Por favor, no nos "ningunee" ni haga ver que no somos nada, que es la consigna que parece seguir su partido con todos los movimientos sociales que están surgiendo. IU y PSOE pertenecen a esta plataforma, pero ni la dirigen ni la controlan. En cada decisión que tomamos existe el consenso y la participación democrática de todos los colectivos que la forman. ¿Comprende lo que esto significa? La ciudadanía cada vez es más madura y tiene las ideas más claras, y las actuaciones llevadas a cabo son expresión del sentimiento de una gran parte de la de Motril, sin que exista ni la manipulación ni el control por parte de ninguna fuerza política.

3. No intente ocultar su mala conciencia hablando de "oportunismo" y de "votos". Ése no es el tema que le estamos planteando. El tema es que usted también es culpable con su silencio servil. Como cargo del PP ha permanecido callado o poniendo falsas excusas y por tanto es responsable de las víctimas de esta guerra, tanto civiles como militares de cualquier nacionalidad, por seguir apoyando la actuación de su presidente, cuya salida más honrosa sería la dimisión.

Si usted tampoco es capaz de escuchar el clamor popular, si usted también actúa según intereses partidistas y no según su propia conciencia, usted también es culpable.