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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Félix Muela, poeta

En el vértigo informativo con que nos llegan las noticias, EL PAÍS informaba, el 22 de marzo, de la muerte del jesuita Valeriano Ordóñez, autor de más de 60 obras y revitalizador de la jota navarra. No decía la necrológica, porque no era de su incumbencia, que Valeriano Ordóñez, con quien muchas veces me crucé en las calles de Pamplona, por haber muerto el 21 de marzo, lo había hecho en la festividad de san Serapio, dato que encuentro en el libro Los santos. Noticia diaria, de Valeriano Ordóñez, que compré en su día para estar bien informado sobre los enemigos que tenemos en el cielo.

Y todavía apenado por la muerte de este ilustre jesuita, tan querido en Navarra, instantánemente, encajé un misil en el corazón porque la siguiente noticia que leí era la esquela que informaba de la muerte de "Félix Muela Pérez / poeta", que había fallecido en Madrid el pasado día 16 de marzo. Ante el estupor producido por la noticia, el texto siguiente no dejaba el menor resquicio para que el poeta Félix Muela Pérez no fuera el poeta Félix Muela Pérez con el que yo, a lo largo de más de 10 años, tantas veces había hablado. El texto de la esquela era implacable respecto a su identidad porque la Editorial Gredos -sí, la editorial en la que lo conocí y en la que él trabajó tantos años- le dedicaba un emocionado recuerdo. Mis primeras conversaciones con Félix Muela, allá por 1989, fueron telefónicas. Se ocupaba del departamento de prensa de Editorial Gredos.

Félix Muela ganó mi afecto desde la primera vez que hablé con él. Tenía las dos cualidades que más aprecio en un trabajador: la eficacia y la amabilidad. Félix Muela tenía un inmenso tacto para decir las palabras que a mí me convencían para reseñar los libros de Gredos. Por Navidad me alegraba enviándome una tarjeta con un poema suyo. Así conocí yo algunos poemas suyos, tan delicados, tan cargados de vida. Una tarde en el bar del Círculo de Bellas Artes descubrí que Félix Muela tenía también altas dotes teatrales. En el funeral celebrado, el 25 de marzo, en la iglesia madrileña de Nuestra Señora de los Dolores, su madre, su esposa, sus cuatro hijas, sus familiares y amigos le dijimos adiós. Muchos lo querremos y lo recordaremos siempre. "Por la mañana camino del cole / le vamos cantando a los caracoles", escribió Félix Muela en un poema dedicado a su hija Ana.-

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