La policía cree que el 'asesino del naipe' es un hombre moreno de unos 25 años que mide 1,80

Varón, de entre 23 y 28 años, de tez ligeramente morena y complexión delgada o atlética, que mide 1,80 de estatura. Ésa es la descripción que han hecho los testigos del llamado asesino del naipe. La Delegación del Gobierno en Madrid distribuyó ayer tres retratos robot realizados a través de las declaraciones de los testigos de los homicidios de Alcalá de Henares y de Tres Cantos. Además, la delegación ha facilitado el teléfono gratuito 900 128 062, al que solicita que llamen las personas que puedan aportar alguna información que permita su identificación o detención.

La descripción facilitada por la Delegación del Gobierno añade que tiene el pelo corto, moreno, y generalmente revuelto. Se caracteriza también por las cejas pobladas y gruesas, bigote y perilla unidos y un rostro ligeramente afilado. La diferencia entre las dos caras facilitadas depende de los investigadores que hayan facilitado el retrato. El repetido con y sin perilla ha sido elaborado por el laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil con el testimonio de la novia del joven ecuatoriano Eduardo S. S., que recibió un balazo en la cara el 7 de marzo en Tres Cantos. El otro retrato fue diseñado por los especialistas del Cuerpo Nacional de Policía gracias a la descripción de Teresa Sánchez García, de 38 años, que resultó herida grave el pasado 5 de febrero. Ese día, el asesino del naipe entró en el bar Rojas, que regentaba en Alcalá de Henares, y comenzó a disparar. Mató al hijo de la dueña, Mikel Jiménez Sánchez, de 18 años, y a una vecina del inmueble, Juana Dolores Uclés López, de 57 años.

La Delegación del Gobierno ha pedido la colaboración ciudadana y, además del teléfono 900 128 062, las personas que puedan aportar información sobre este séxtuple asesino también puede dirigirse a cualquier comisaría de policía o cuartel de la Guardia Civil. Sin embargo, las comisarías del Cuerpo Nacional de Policía no habían recibido ayer por la tarde un correo electrónico con los retratos. Eso no impidió que muchos centros policiales registraran llamadas de ciudadanos que aseguraban haber visto al asesino del naipe o que creían conocerle. Todas las comunicaciones fueron remitidas a los grupos de investigación.

Consulta a cartománticos

Los investigadores encargados de desentrañar el misterio del asesino del naipe están consultando a cartománticos para conocer el significado de las cartulinas de la baraja que el homicida deja junto a sus víctimas. Los agentes no creen que el autor de los crímenes juegue con los arcanos de la baraja o con sus significados esotéricos, pero han acudido a los echadores de cartas "por si acaso", ya que el asesino no arroja las cartas, sino que las coloca.

Las pesquisas sobre la cadena de crímenes, un caso que se ha convertido en una prioridad absoluta para las fuerzas de seguridad en Madrid, se han abierto en todas las direcciones. Se investiga si es relevante la cadencia de los asesinatos, si los crímenes tienen algún patrón territorial, si existe alguna relación con los medios de transporte público, la procedencia del arma (posiblemente búlgara) y de la munición (yugoslava), las posibles relaciones entre las víctimas...

Pero, dado que el asesino en serie coloca, no arroja, junto a sus víctimas un naipe en orden ascendente, los investigadores quieren saber qué sentido tiene esa firma, si es que la tiene. Por ello han acudido a los cartománticos. El objetivo es conocer el significado de cada naipe: diferente si está boca abajo o boca arriba, o a la derecha o a la izquierda del cadáver, o saber hasta dónde puede llegar el criminal (si utilizará las 13 cartas del palo o sólo 10), entre otras cuestiones.

"Lo más normal es que no tenga relación, que sea una firma con otro sentido, de jugar con las fuerzas de seguridad, pero tenemos que mirar todos los detalles, por si acaso", explican fuentes policiales, que añaden que si el asesino hubiera dejado la pluma de un pájaro también "habría que conocer la vida y costumbres de ese ave y de quienes las crían".

Los investigadores están escudriñando también el mapa de Madrid para intentar hallar un posible patrón territorial del asesino y están mirando especialmente el entorno del primer crimen, ante la convicción de que un psicópata de este estilo mata primero en su entorno y luego se va alejando por miedo a ser detenido. Pero antes deben determinar si la escalada comenzó con el asesinato del portero de la calle de Alonso Cano, Juan Francisco Ledesma, o si fue el perpetrado en la parada del autobús de Alameda de Osuna, donde fue hallado muerto Juan Carlos Martín Estacio, de 28 años, empleado del servicio de limpiezas del aeropuerto de Barajas.

No obstante, las fuerzas de seguridad confían en que el psicópata cometa algún fallo o bien sea reconocido a través del retrato robot que se ha elaborado sobre el criminal. "No hay mucho de lo que tirar porque el asesino no ha dejado hasta ahora ninguna huella", alegan las fuentes consultadas.