Los forenses contradicen la tesis de los acusados en el crimen de Pedregalejo

La estrategia de defensa de los tres acusados por la muerte a tiros de dos hermanos en el barrio malagueño de Pedregalejos se tambaleó ayer, cuando el tribunal popular que los juzga escuchó el testimonio de los forenses. Éstos certificaron que los balazos que mataron a los jóvenes fueron disparados desde su espalda, lo que contradice la versión ofrecida por el único que se ha reconocido culpable, que dijo haber actuado en defensa propia.

Los forenses de la Audiencia Provincial de Málaga ratificaron que las dos víctimas del crimen de Pedregalejo recibieron los disparos por la espalda y la mayoría de ellos a una distancia de unos 70 centímetros. Los peritos mostraron imágenes de la autopsia de Miguel Angel R.V., que murió en el lugar de los hechos, y cuyo cuerpo presentaba cinco impactos de bala; dos de ellos en la parte trasera de la cabeza, uno en la espalda, otro en el brazo derecho y el último en el muslo.

La otra víctima, José Antonio R.V., de 20 años, que falleció en el hospital, presentaba tres disparos, "todos en la espalda en la parte derecha", según los médicos, que precisaron que los balazos que le causaron la muerte se dispararon desde una distancia de algo más de 70 centímetros.

Los forenses no pudieron precisar el orden de los disparos, ni si las víctimas tenían armas, pero sí que habían consumido alcohol y cocaína. La crudeza de las imágenes de la autopsia perturbó tanto a uno de los miembros del jurado que el magistrado presidente tuvo que suspender la sesión unos minutos.

En la sesión de ayer intervinieron también dos agentes del departamento de Balística Forense de la Policía Científica de Madrid, que corroboraron la correspondencia de la autosia con los orificios de bala de la ropa de las víctimas y confirmaron que las balas "entraron por la espalda".

En cuanto a la distancia, indicaron que los disparos se produjeron a unos 70 centímetros, lo que supone el máximo alcance de la corta distancia, y destacaron que habría que tener en cuenta que las víctimas estaban dentro de un coche, por lo que o los disparos se hicieron a más de 70 centímetros -lo que se considera ya media o larga distancia-, o las balas atravesaron otras superficies antes de impactar en los cuerpos.

Los testimonios de los peritos respaldan la tesis del fiscal de que las víctimas fueron atacadas "sin dar la más mínima posibilidad de defensa", en contra de lo declarado por uno de los acusados, Fernando F.R, que aunque es el único que reconoce su participación en los hechos, dijo que se vio obligado a disparar y que lo hizo con los ojos cerrados.

Por último, el agente responsable de cotejar las huellas encontradas en el lugar de los hechos ratificó el informe emitido en su día, en el que se detallaba que una de las huellas dactilares hallada en el envoltorio de un paquete de tabaco fue identificada como de uno de los acusados, Francisco F.R.

Aunque no fue él quien buscó la huella ni quien explicó en el informe dónde se encontró, sí determinó que era "reciente" por la calidad que aún presentaba cuando fue fotografiada para su cotejo con las bases de datos.