El primer ejemplar de la historia
La colección filatélica de EL PAÍS se enriquece esta semana con series dedicadas a las islas Baleares, el toreo y las artes menores
La filatelia española nació el 1 de enero de 1850, durante el reinado de Isabel II, con cinco valores distintos. Uno de ellos es el sello en negro de 6 cuartos, que se utilizó para la correspondencia interior de España. La cara de la soberana la realizó el artista belga Arnold Pingret y el grabador fue Corominas. Durante el año en que estuvo en vigor se vendieron 6.200.000 ejemplares. Los cuatro restantes de esta lámina, que EL PAÍS entrega gratis mañana, lunes, con cada ejemplar, salieron los años siguientes con el perfil real hasta que en 1854 se grabó el escudo español. Desde Madrid, un envío por correo tardaba un par de días hasta Cádiz o la frontera francesa, una rapidez notable si se tiene en cuenta que apenas existía todavía el ferrocarril.
Dentro de la lámina que responde al lema de Lugares de España (martes), en esta ocasión la comunidad autónoma protagonista es la Balear, que obtuvo el estatuto en 1984, lo que se conmemoró ese año con un sello dedicado al rey Jaime III. Los otros cuatro ejemplares recuerdan el castillo de Bellver, de estructura circular, que está situado a tres kilómetros del centro de Palma de Mallorca sobre una colina de 140 metros de altitud. Fue construido por Jaime II, rey de Mallorca entre 1309 y 1311. En la misma isla están las cuevas del Drach, que nadie había explorado hasta que se perdieron tres personas durante 30 horas en abril de 1878; lo hizo por primera vez en 1896 el espeleólogo Eduardo Martel. En la lámina se recuerda también a la isla de Menorca, concretamente a Alaior, la tercera población de la isla, con 7.000 habitantes. Muy cerca de esta ciudad se encuentra la Taula de Torralba. Las taulas son monumentos prehistóricos, constituidos por un menhir de cierta altura clavado en el suelo, sobre el que descansa horizontalmente otro bloque que da la forma de la letra T.
El miércoles es el día de los toros, representada por una serie de 1960 en la que los motivos reproducen un encierro de los sanfermines, un majestuoso toro de lidia en la dehesa, un espada citando al animal, un pase natural (la esencia del toreo) y una vista de la Maestranza de Sevilla (la catedral de la fiesta).
El arte (jueves) está reservado para la cerámica, los tapices y el vidrio. En la primera no podía faltar el recuerdo para las de Talavera y la del Buen Retiro, la fábrica del siglo XVIII que destruyeron las fuerzas napoleónicas para que la industria francesa no tuviera competencia. De ese mismo siglo son los tapices que ilustran dos sellos de 1990; uno es el naufragio de Telémaco (el personaje de la Odisea que imaginó un viaje tras los pasos de su padre Ulises) y el otro unas floristas del siglo de las luces. Por fin, el vidrio, ilustrado con un cáliz valenciano.
Los personajes del viernes están relacionados con la pintura: Diego Velázquez, José de Ribera, Bartolomé Murillo, Vicente López e Ignacio Zuloaga.
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