Homenaje a Blecua

Entre el cambio de clases, un compañero blecuaniano me ha dado la noticia de la desaparición del profesor Blecua. Se me han agolpado los recuerdos, pero las imágenes han brotado del manantial sereno que manaba en sus clases y en sus explicaciones en aquel último curso de su paso por la Facultad de Filología.

¡Qué grato que un catedrático de su envergadura se acordase de los alumnos de nocturno! ¡Qué elegancia y finura en sus comentarios! ¡Qué vehemencia en lalectura! ¡Qué legado cultural el de aquellas clases en las que nos enseñaba lo que no estaba en los manuales, lo que sólo se descubre con la mirada atenta de la lectura! El halo imperecedero de los poetas que aprendimos a leer de su mano nos sigue acompañando después de tantos años y tantas conversaciones literarias. Todavía nos conmueve el recuerdo de aquellos versos en su voz clara y serena, que nos enseñó a estimar a los clásicos.