El San Pío V del siglo XXI

La cuarta fase de ampliación del Museo de Bellas Artes de Valencia San Pío V está ya vista para sentencia. Las obras están acabadas y muy pronto se iniciará el traslado y colocación de los cuadros desde la pinacoteca del edificio antiguo hasta las nuevas y espaciosas salas. De hecho, la inauguración está prevista para finales del mes de abril, si bien aún no se ha concretado la fecha exacta que en cualquier caso será anterior de las elecciones autonómicas y municipales.

Esta nueva fase, cuyo presupuesto ha ascendido a poco más de cinco millones de euros, aporta 6.000 metros cuadrados más de instalaciones museográficas (en total, el espacio del San Pío V sumará 15.000 metros cuadrados) y supone la reorganización de la colección y por tanto del recorrido expositivo. De las alrededor de 250 obras que se exhiben en la actualidad se pasará a unas 500, 400 en las nuevas salas y un centenar en las antiguas, sobre unos fondos totales de unas 3.100 piezas, según señaló ayer el director del museo, Fernando Benito. Las obras datadas a partir de 1860 y hasta 1930 se exhibirán en el futuro y polémico Museo del Siglo XIX, que ocupará el antiguo convento del Carme, incluidas las salas que albergaban la subsede del IVAM.

Tanto Benito como el arquitecto encargado de la ampliación, Álvaro Gómez Ferrer (que ha modificado el proyecto original codiseñado también por Manuel Portaceli), se mostraron ayer exultantes durante la improvisada visita realizada tras la reunión del patronato del museo, a la que asistieron la subsecretaria de Promoción Cultural, Consuelo Ciscar, y el director general de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio de Cultura, Joaquín Puig de Bellacasa, entre otros. El primero se afanaba por explicar sucintamente el recorrido expositivo que ahora se iniciará desde las nuevas salas con los primitivos valencianos, al tiempo que respondía que el distinto color de las salas en función de las pinturas que exhiben puede guiar al visitante; mientras tanto, el segundo subrayaba los ejes de acceso al museo y a las salas, las zonas de descanso recayentes a los Viveros o los dos patios interiores. Desde los jardines de Viveros se podrá entrar al museo atravesando el reconstruido y controvertido claustro del Embajador Vich. Las piezas extraídas del convento del Carme aguardan en uno de los jardines. También se podrá acceder al museo por la calle de Genaro Lahuerta, una vez se trasladen las instalaciones del zoo. Pero eso será en otra fase, en la que el Ayuntamiento se ha comprometido a intervenir. Falta, según los planes del Ministerio y de la Generalitat, la quinta fase de ampliación del San Pío V, de titularidad estatal y gestión autonómica, que contempla la rehabilitación del edificio antiguo y las obras de integración en su entorno. La pretensión es contar con el proyecto este año, indicó Bellacasa. También se estudiará el futuro de la sala Laporta. Sobre las goteras detectadas en esta galería que se ha mantenido por expreso deseo del que fue secretario de Estado de Cultura, Miguel Ángel Cortés, la Generalitat se encargará de repararlas.

Llaman la atención las salas centrales, con luz cenital, donde se exhibirán tesoros del museo, como los Ribalta, los Goya o las obras del Siglo de Oro, entre otras. El propio subdirector del Museo del Prado, José Luis Díez, elogió las nuevas instalaciones comparándolas con las de la primera pinacoteca de España. "Son mejores", dijo una voz surgida del grupo de patronos del San Pío V. También será muy llamativa la enorme sala que abre el recorrido y en la que se instalarán retablos valencianos que se podrán contemplar desde diferentes perspectivas y alturas.

Poco a poco, más de 12 años después de que se iniciaran las obras de ampliación, las instalaciones del Museo de Bellas Artes de Valencia San Pio V se van correspondiendo con los ricos fondos de la llamada segunda pinacoteca de España.