Mi madre, pendiente de un parche

Mi madre me mandó un recorte de periódico con un artículo aparecido en EL PAÍS el 22 de febrero. Cuando terminé de leer me sentí como si me hubiese estado hablando ella. Porque nuestras conversaciones por teléfono no son muy diferentes a las situaciones que recoge este artículo.

Yo vivo y estudio fuera de España, y si puedo hacerlo es porque mis padres han hecho todo lo posible para que yo tuviese esa oportunidad. La sociedad está cambiando y ellos esperan que cuando les toque el turno a ellos de ser cuidados yo no tenga que dejar mi vida en el extranjero y volver. Pero todavía no ha cambiado. Y mi madre sigue trabajando 10 horas al día, y al volver a casa le toca preparar la cena y la comida del día siguiente, porque mis abuelos que viven con nosotros ya no son capaces de organizarse solos. Pero lo que más le duele a mi madre, y a mí cuando me llama por teléfono, es la soledad que los rodea. Tantas personas mayores y sin embargo se sienten aislados. ¿Cuándo habrá centros de día para todas estas personas, para que gente como mi madre puedan no tener el estrés de si sus padres están bien, de sentirse culpable por no poder pasar más tiempo con ellos y de tener que parar su vida porque no hay otra opción?