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Crónica:BALONCESTO | Liga ACB
Crónica
Texto informativo con interpretación

Estudiantes aplasta al Madrid

El cuadro colegial pone al borde del ridículo a un rival lastimoso

"¡Fuera, fuera, fuera!" A gritos, con voces casi inarticuladas y muy poco amistosas, despidieron los aficionados blancos a su equipo. Mientras, unos mimos movían unas banderitas en la cancha, pero los hinchas no les veían: miraban incrédulos el número subrayado en rojo del marcador que indicaba la anotación de su equipo, 59 puntos en 40 minutos, 25 menos que Estudiantes.

Y es que el Madrid está en crisis, desde luego, en una crisis que va mucho más allá de lo anímico y que afecta a la calidad de los jugadores, dudosa en varias posiciones clave: por ejemplo en la conducción del juego, bajo los aros y también a la hora de armar la mano lejos de la canasta. Ayer, en su pabellón, los blancos se volvieron a estancar en un número que bordea el territorio de lo ridículo.

REAL MADRID

ESTUDIANTES

59 84

Real Madrid: Victoriano (2), Digbeu (3), Herreros (13), Alfonso Reyes (13) y Alston (4) -cinco inicial-; Mulaomerovic (10), Lucio Angulo (2), Tarlac (2) y Mumbrú (10).

Estudiantes: Brewer (13), Jiménez (14), Jasen (19), Felipe Reyes (17) y Keefe (4) -cinco inicial-; Loncar (7), Gabriel (2), Vidaurreta, Azofra (8) y Miso.

Parciales: 14-23, 17-21, 7-13 y 21-27.

: Árbitros: Ramos, Redondo y Sánchez Monserrat.

Unos 5.200 espectadores en el Saporta.

Uno de los principales culpables fue Jiménez. Es Jiménez, Carlos Jiménez, el alero del Estudiantes, un extraño caso de jugador de baloncesto. Invisible e inalterable; oculto pero constante. Un tipo con actitud de secundario, vocación de hormiguita y peso, en número, en estadísticas, de estrella. Con la estrategia de oso adormilado, hibernando en espera de ese rebote seguro, de esa canasta fácil cerca del aro, y rehuyendo la pirueta y el salto mortal. Y todo sin modificar el gesto. Así, sin ruido, como quien no quiere la cosa, Jiménez, Carlos Jiménez, el alero invisible del Estudiantes, fue socavando la pequeña cuota de resisitencia que aún le queda a un Madrid minúsculo.

También Reyes, Felipe, el pequeño de la saga, claro, ayudó a descubrir las miserias madridistas. E incluso Jasen. Pero si Estudiantes jugó correctamente, no hay que olvidar la parte de demérito que le corresponde al conjunto de Imbroda. Que es bastante. Flojo en ataque, con el único recurso del pase interior a Reyes, Alfonso, el mayor de la saga, y flojo en defensa, blando en el robote y a la hora de cerrar los pasillos que conducen al aro.

El rebote pertenecía en exclusiva a los colegiales, especialmente a Jiménez, y las alternativas ofensivas que le ofrecía la placidez defensiva de los blancos bastaron para que la diferencia fuese ampliándose poco a poco, con la excepción del escandaloso agujero negro que enguyó al Madrid en el tercer periodo, en el que metió tres puntos en ocho minutos.

Y es que si Estudiantes cometió errores, que los cometió, el Madrid no cesó ni un minuto de errar, principalmente en el pase. Y en el tiro. Y cerrando el rebote defensivo. Jugando al baloncesto, en definitiva. Victoriano no controló el partido en ningún momento, y su sustituto, Mulaomerovic, menos aún. El juego exterior se redujo a los impulsos, escasos y fallidos, de Herreros. Y dentro de la zona, excepto la actitud corajuda de Alfonso Reyes tampoco existió. Un desastre.

Resto de la jornada: Fórum Valladolid, 78; Leche Río Breogán, 67. Jabones Pardo Fuenlabrada, 107; Granada, 91. Caprabo Lleida-Unicaja Málaga, sin concluir al cierre de esta edición. Hoy: Pamesa Valencia-Joventut (12.30, autonómicas y Sportmanía), Lucentum-Girona (12.30), Barcelona-Caja San Fernando (18.00, Sportmanía), Auna-Tau (19.00, hora peninsular) y Manresa-Cáceres (19.00).

Alfonso Reyes intenta encestar ante la oposición de su hermano Felipe.
Alfonso Reyes intenta encestar ante la oposición de su hermano Felipe.EFE

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