Flamenco, un remedio contra la guerra
"No habría guerras si todo el mundo bailara flamenco". Con estas palabras se expresó Joaquín Cortés al intentar contagiar a los británicos su pasión por el arte gitano. "Es la mejor forma de evadirse de todas las penas que nos rodean. Todas las personas deberían dejarse llevar por su ritmo y así no habría tantos problemas en el mundo", explicó a Cherlie Methven, de The Daily Telegraph. Desafortunadamente, el artista cordobés no pudo llevar a la práctica su consejo. Canceló a última hora su anticipada actuación de Londres aquejado, según unos, por dolencias de espalda, y, según otros, por una insólita alergia a la sala Hammersmith Apollo, donde estaba previsto la puesta en escena de su espectáculo Life. "Es un local demasiado cutre para Joaquín", señaló ayer su representante en Londres. El bailarín no parecía muy afectado de defraudar al público y aprovechó su estancia en la capital para promover su último DVD y asistir a las fiestas con motivo de la Semana de la Moda.
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