El trasvase del Ebro y el PHN

En el PHN aprobado por la Ley 10/2001 de 5 de Julio, se contempla entre otros puntos el polémico trasvase del Ebro. Históricamente, dicho trasvase ha sido contemplado por los diferentes gobernantes, tanto en la época de la dictadura como en la democracia. En el año 1993, se hace una tentativa formal del PHN con el trasvase del Ebro.

Es ahora cuando con arreglo a la ley, se están realizando los proyectos de detalle de dicho trasvase por la Sociedad Estatal Trasagua. Tal y como se contempla en dichos proyectos, la cantidad de agua a trasvasar a las cuencas internas de Cataluña, del Júcar, del Segura, y de Almería, supone sólo el 4,7% del caudal total del río y en este sentido técnicamente se diseñan las conducciones, bombeos, etc...

Se entiende que los usuarios del agua estén preocupados por el precio que van a pagar por ello

En ningún planteamiento el trasvase supone ningún riesgo para ninguno de los usuarios de la cuenca del Ebro y tampoco afecta al caudal necesario ecológico ni de uso; es más, está contemplado un 48% del caudal como excedentes que van al mar y como reserva de futuro.

A la Comunidad Valenciana, Murcia y Almería le es necesario este trasvase y esta agua; ya que atendería la demanda de regadíos de la plana de Vinaròs-Peñíscola, zona sur de Castellón, Vinalopó-Alicantí y la Mancha Oriental y mejoraría nuestros acuíferos sobreexplotados, los humedales Ramsar de importancia internacional del Prat de Cabanes y Torreblanca en Castellón, la Albufera y el Marjal de Pego-Oliva en Valencia, así como las Salinas de Santa Pola y la Laguna del Hondo en Alicante, y en este sentido nadie lo discute ni lo cuestiona. Además en el PHN, que afecta a nuestra comunidad, se prevé la reutilización del agua de las depuradoras urbanas, así como la implantación de desaladoras que mejorarán la demanda puntual de agua en ciertas épocas del año, podríamos pensar que en nuestra comunidad, está todo resuelto con el trasvase, pero ello no es del todo cierto, a la vez que se trasvasa el agua del Ebro, hay que resolver en la cuenca del Júcar y en la zona de Tous, qué y cómo hacemos con dos tipos de aguas, la del Ebro, con un nivel de sales y sulfatos elevados y los del Turia-Júcar, con otro nivel totalmente distinto. En este sentido se entiende la preocupación de la Ribera en Valencia, que desconfía de que el agua se transforme en una calidad distinta a la que hasta ahora utiliza.

Por otra parte, se entiende que los usuarios del agua estén preocupados por el precio que van a pagar por ello, en ambos casos la razón y la negociación, tendrá que tenerse en cuenta a nivel de nuestra comunidad y en este aspecto dependerá de la capacidad negociadora de nuestros políticos de los distintos partidos y de los usuarios del Agua.

Juan Broseta Carrasco es presidente de AVINCO.