Poner fin a las subastas

Artur Mas pidió ayer a los partidos que pongan fin a la "subasta" de ofertas de viviendas. "Da pena", dijo el conseller en cap, criticando a todos en general y sin citar a nadie en particular. Con ello se hace un flaco favor a los usuarios porque "el acceso a la vivienda no se resuelve en un día", dijo. Y añadió que los que más prometen son los que menos hacen.

El primero que puso el acento sobre la vivienda como problema de forma cuantificada fue el alcalde de Barcelona, Joan Clos. Propuso promover la construcción de entre 65.000 y 100.000 viviendas en cinco años. Para ello habría que modificar las ordenanzas y permitir construir viviendas de tamaño más reducido. También defendía que el 25% fuera de protección oficial.

A los pocos días, el candidato de CiU a la alcaldía, Xavier Trias, defendió que podían construirse en Barcelona 77.500 viviendas en ocho años. 15.000 eran pisos vacíos que se comprometía a lograr que se incorporasen al mercado de alquiler.

Inma Mayol (ICV) defendió que 18.000 de las 65.000 viviendas propuestas por Clos fueran protegidas (dos tercios de compra y el resto de alquiler). Jordi Portabella (ERC) elevó la cifra: el 40%, vivienda protegida de alquiler.

La propuesta efectuada ayer por Artur Mas presenta una diferencia: es para toda Cataluña y para un periodo de cinco años (uno de ellos ya vencido). El resumen de todas las medidas lo hizo el propio Mas: de las 50.000 viviendas que se construyen anualmente para uso, el 25% debería tener algún tipo de protección oficial.