La policía sorprende en Alicante a dos niños de 8 y 10 años conduciendo un coche y una moto que robaron
La situación de inseguridad ciudadana de Alicante comienza a ser aprovechada por aprendices de delincuentes, cada vez más precoces. El domingo, la capital volvió a ser escenario de un episodio rocambolesco protagonizado por dos chavales que apenas levantan un metro y medio del suelo. Dos niños de ocho y diez años lograron ellos solos atemorizar a los vecinos del barrio alicantino Virgen del Carmen, y poner en jaque al Cuerpo Nacional de Policía. Los menores sustrajeron un turismo y una motocicleta e iniciaron un recorrido temerario por distintas arterias del núcleo urbano. Mientras el mayor de los muchachos, de diez años, robó un Opel Kadett; el menor, de ocho, hizo lo propio con una motocicleta, en las inmediaciones de la calle Maestro Alonso.
Tras hacerse con los vehículos, los menores comenzaron a circular a gran velocidad con el consiguiente riesgo para las personas y para el tráfico, según fuentes de la Comisaría. La conducción "temeraria" de los críos generó la alarma entre el vecindario, que inmediatamente alertó a la policía. Los menores fueron interceptados por los agentes al filo de los dos de la tarde sin que se registraran daños personales. La abuela de ambos se hizo cargo de ellos. Los hechos se han puesto en conocimiento del fiscal de menores.
Declarados en situación de abandono, los menores pertenecen a familias marginales, cuyos padres cumplen en la actualidad condenas de prisión por la comisión de distintos delitos. Los muchachos, primos hermanos, residen en el barrio alicantino Virgen del Carmen, conocido popularmente por su anterior nombre de las Mil Viviendas. Este entramado urbano, ubicado en el primer ensanche de la ciudad, se levantó en la década de los cincuenta y, desde entonces, ha acumulado históricamente los mayores índices de delincuencia de la capital alicantina. La zona ha sido reducto predilecto por las redes de narcotraficantes a pequeña escala y un conglomerado de delincuentes especializados en robos, hurtos y asaltos a viviendas.
La delincuencia juvenil se ha disparado en los últimos años en la capital alicantina. Fuentes de la Fiscalía de Alicante han alertado a la Administración en reiteradas ocasiones del atasco en la tramitación de los casos.
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